No hace falta que os digamos que el ejercicio físico es bueno en todos los ejemplos que podamos dar del mismo. Hay que introducirlo en nuestro día a día si queremos tener una vida sana. Eso es imprescindible. Pero lo es cada vez más a la vista de que se ha confirmado que tener una baja forma física puede ser uno de los principales riesgos de muerte. Y sabemos que suena un poco drástico, pero nuevos estudios certifican que esta es una realidad y que por ello todos deberíamos intentar modificar un poco nuestros hábitos.
Baja forma física, alta mortalidad
Aunque no hacer deporte y no estar en forma no es lo más peligroso de la vida, dado que eso es la exposición que realizamos directa o indirecta al tabaco, sí que tiene un peso importante. Desde Suecia llegan los resultados de un estudio que certifican que en términos de mortalidad la baja forma es de forma indudable el segundo mayor riesgo al que nos podemos enfrentar. Hablan de ello como desencadenante de la mortalidad general, pero también como factor clave para que terminemos sufriendo algún tipo de enfermedad cardiovascular. Los responsables de la investigación han sido los miembros de la Academia Sahlgrenska, que forma parte de las instituciones vinculadas a la conocida universidad de Gotemburgo, en la cual ya se han producido con anterioridad otros estudios relacionados muy valiosos en el sector de la salud.
Hasta ahora se pensaba que había otros riesgos mayores en cuanto a mortalidad. Hablábamos de lo importante que era no tener el colesterol alto o de revisar la presión arterial para que no alcanzara unos niveles demasiado elevados. Pero aunque todo eso sigue siendo peligroso y problemático, desde Suecia avalan que hay más mortalidad en no tener una presencia física lo suficientemente sana. Por otro lado, como vamos a ver a continuación, la buena noticia es que se trata de una condición que deriva en mortalidad que se puede corregir de una forma práctica y sencilla, dado que lo único que tenemos que hacer es comenzar a practicar algún deporte u otra actividad física.
Los datos del estudio
Los responsables del estudio han tenido en cuenta los casos de una gran cantidad de personas correspondientes a distintos rangos de edad y de situación social. Han querido que la información sea adecuada, precisa y que no deje ningún margen al error. Por ello se han tenido en cuenta también distintos estudios realizados décadas atrás referentes a las tasas de mortalidad en hombres. Se estudiaron más de 600 casos de varones que se sometieron a pruebas físicas con la intención de analizar cuáles eran los resultados en lo relacionado con el VO2 (el consumo máximo que se realiza del oxígeno como medida aeróbica). El estudio comenzó en el año 1963 y sería un trabajo a largo plazo, dado que la intención de los autores de la investigación sería ver cómo evolucionarían estos voluntarios. En más de 100 casos, ya en la década de los 60, se llegó a la conclusión de que había personas que por su mal estado de forma no podrían ni siquiera participar en las pruebas necesarias para obtener los resultados.
Otros casos, con el paso de las décadas, fueron reflejando las consecuencias de mantener un buen estilo de vida y de forma física o uno especialmente malo. El trabajo terminó en el año 2012, cuando todos los participantes del estudio, que habían comenzado en el mismo una vez superados los 50 años, ya habían cumplido 100 años o habían fallecido en el proceso. Cada periodo de diez años se llevaría a cabo un control a fin de comprobar los resultados y poder realizar una escala que reflejara la importancia de la forma.
Entendiendo los resultados
Los datos han demostrado que a peor forma física mayor riesgo de muerte sin tener en cuenta factores adicionales que pueden complicar aún más la vida, como es el caso del tabaquismo o los demás riesgos de los que hemos hecho mención antes. Con estos resultados en las manos los responsables del estudio reconocen que quizá se han concentrado demasiado en acabar con el tabaquismo cuando, en realidad, tendrían que haberse puesto manos a la obra en la lucha contra el sedentarismo. Por eso consideran que se trata de la asignatura pendiente y contra lo que deben luchar en los próximos años, posiblemente con nuevos estudios que avalen esta información y que puedan descubrir, a su modo, nuevos riesgos que aumenten la mortalidad.
Por lo tanto, sabemos que una vida sedentaria nos llevará, salvo excepciones, a tener una forma física deficiente y a que aumente la mortalidad. Es algo que hay que evitar por todos los medios posibles y para lo cual tenemos que poner de nuestra parte. El remedio se encuentra en que hagamos deporte a diario y que sepamos que estar en casa parados no es beneficioso ni nos ayudará a alargar nuestra vida. Tener una baja forma física se puede acabar convirtiendo en lo que reduzca el tiempo que tengamos para disfrutar del mundo y de todo lo que nos rodea.