Cuando llega el buen tiempo todo el mundo inicia su particular “operación bikini” para lucir palmito en playas y piscinas. Ahora que las vacaciones han terminado, es posible que el cuerpo empiece a reflejar los excesos que hemos cometido durante el verano entre cervecitas, tapas y helados.
Ahora es el momento de volver a la rutina, a la dieta sana y equilibrada y al ejercicio físico. Con estos 10 consejos sugeridos por el Dr. Dukan, creador de la conocida Dieta Dukan, podrás vencer fácilmente la pereza post-vacacional y disfrutar de las ventajas que suponen llevar una vida sana.
1. Si pusiste hacerlo otras veces, ¿por qué no ahora? Volver a ponerse en forma tras las vacaciones es complicado. Por eso, es bueno pensar en los resultados, en lo cómodo que te encontrarás cuando te hayas deshecho de esos incómodos kilos de más. El esfuerzo mereció la pena en otras ocasiones… y en esta no será una excepción. Para ello, lo ideal es adaptar unas conductas sanas de alimentación a tu rutina, y no permitir que una dieta esclavice tu vida.
2. No echar la culpa a la báscula. Ha llegado el difícil momento de ponerse encima de la balanza y de llevarse el desagradable susto inicial de ver lo que hemos engordado durante el verano, pero no hay que darle más importancia de la que tiene. Seguro que en poco tiempo nos deshacemos de los kilos de más.
3. Es muy importante saber cuál es nuestro peso justo. En ocasiones pensamos que estar muy delgados es lo más aconsejable, pero nuestro peso ideal simplemente depende de tener un peso con el que nos sintamos bien y que nos resulte fácil mantener en función de nuestro ritmo de vida.
4. Conoce las ventajas de los alimentos más saciantes. Con ellos nos sentiremos más llenos y la sensación de hambre tardará más en llegar. Algunos de estos alimentos son: huevo duro, salvado de avena, queso blanco 0%, gambas, palitos de cangrejo, atún al natural, sardinas en conserva, sopa con trocitos de verduras…
5. ¡Cuidado con las salsas y condimentos! Todo vale excepto la mostaza dulce y el ketchup, a menos que no tenga azúcar. Las finas hierbas, todo tipo de especias, la mostaza de Dijon o “a l’ancienne”, el vinagre (de Jerez, balsámico, aromatizado, etc.), la salsa de soja salada, los pepinillos, el ajo o la cebolla son múltiples opciones para aderezar nuestros platos de una forma sabrosa y sana.
6. Si a tu familia le encanta comer… Asegúrate de que en el menú de todos se incluyen alimentos que podamos comer sin que supongan ninguna amenaza para nuestra dieta: salmón ahumado de primer plato, pollo asado o pescado al horno de segundo… Así, además, no te sentirás excluido en la mesa. Si además ellos quieren darse un capricho, procura que lo hagan con alimentos que no te gusten demasiado para que la “envidia” y la tentación sean menores.
7. Es más fácil perder peso si tenemos apoyo. Todo nuestro entorno es importante para apoyarnos y para conseguir nuestros objetivos. Pero además, contar con la ayuda de un especialista que nos guíe y nos asesore es fundamental.
8. Si no tienes más remedio que ir a un restaurante intenta elegirlo tú. Un asador siempre nos ofrecerá la posibilidad de pedir carne sin grasa. Los restaurantes japoneses son también una muy buena opción ya que los sashimis y las brochetas de carne, pollo o salmón, nos saciarán y nos harán sentirnos satisfechos. Por supuesto, es importante no tomar pan y olvidarnos del postre y de las bebidas azucaradas. Aún así, si después de comer necesitas algo dulce, el té y el café con edulcorante harán que te quites el “gusanillo”.
9. El ejercicio es fundamental. La actividad física debe estar adaptada a cada uno. Rutinas tan simples como caminar, subir y bajar las escaleras en vez del ascensor y permanecer de pie en el metro o el autobús en vez de sentarnos, son buenos actos que deben integrarse en nuestra rutina y que deben llevarse a cabo además de la dieta.
10. Es importante beber mucha agua todos los días. Dos litros al día nos ayudará a limpiar el cuerpo por dentro y a sentirnos un poco más saciados. Además, hidratará nuestra piel a fondo, entre otros muchos beneficios. Antes de cada comida es recomendable beber un par de vasos de agua y para empezar a comer con la sensación de no tener el estómago vacío.