La incorporación del delantero ucraniano al Chelsea fue la más cara del verano de 2006. Sin embargo, el elevado desembolso económico realizado por el ‘caprichito’ de Roman Abramovich no dio sus frutos…
El 1 de enero de 2006, el magnate ruso del Chelsea, Roman Abramovich, invertía 45 millones de euros en la contratación del máximo baluarte del Milan: Andriy Shevchenko.
Con su elevada inversión, el propietario blue convertía al ucraniano en el fichaje más caro de la historia del Chelsea (cuyo ‘tope’ se encontraba en los 40 kilos pagados por Michael Essien en 2005) y de la subasta veraniega de aquel año (en segundo lugar quedó Michael Carrick, con los 27 millones pagados por el Manchester United) y, también, lograba un cabreo de aúpa por parte de su por aquel entonces técnico, un José Mourinho que no veía la necesidad de invertir gran parte del presupuesto destinado a fichajes en la contratación de Sheva.
El posterior rendimiento del ucraniano acabaría dando la razón al portugués, que tuvo que ‘cargar’ con un jugador que nunca se adaptó al fútbol inglés, que durante su periplo en Stamford Bridge estuvo muy azotado por las lesiones y que, además, fue acusado, por la prensa inglesa, de ‘chivato’.
Decían los medios británicos que Shevchenko mantenía a Abramovich informado de todas las conversaciones que acontecían en el vestuario blue y le culpaban, también, de haber dejado a Mourinho sin incorporaciones invernales en 2007 por el lastre económico que había supuesto su incorporación. Sobre el primer punto, respondió el propio Shevchenko que, para el diario The Times, señalaba el 18 de enero de 2007
Todo esos rumores son mentira. Se han dicho muchísimas cosas que no son ciertas y que me han hecho mucho daño, tanto a mí como a mi familia. Yo soy un futbolista, no un político