El pasado 17 de julio se cumplió el primer aniversario de la muerte de Jules Bianchi, el último piloto de Fórmula 1 en fallecer tras un accidente automovilístico. El joven piloto francés estaba a punto de cumplir 26 años cuando falleció en el hospital de Niza, en el que llevaba ingresado casi ocho meses, desde el fatal accidente en el Gran Premio de Japón, disputado el primer fin de semana de octubre de 2014.
Tras el accidente, Bianchi fue rápidamente trasladado a un hospital allí mismo en Japón, en el que permaneció ingresado hasta el mes de noviembre, cuando fue definitivamente reubicado a Niza. Podemos consultar más información sobre el aniversario de este desgraciado suceso.
El equipo Marussia, abonado a las malas noticias
El equipo Marussia, equipo donde pilotaba Bianchi hasta su fallecimiento, vio como otro de sus pilotos fallecía debido a las heridas producidas por un accidente de tráfico. La joven escudería ya había vivido un suceso trágico con la muerte de María de Villota, la piloto española probadora de la escudería, que falleció en octubre de 2013 debido a las heridas cerebrales provocadas por un accidente ocurrido quince meses antes en Reino Unido.
La primera víctima mortal en accidente en los últimos 20 años
Hasta la muerte de Bianchi, habían pasado más de 20 años desde la última muerte por accidente en un circuito de Fórmula 1. La última víctima mortal fue la del genial Ayrton Senna, que perdió la vida en el Gran Premio de San Marino el 1 de Mayo de 1994.
El Gran Premio de San Marino de 1994 fue especialmente trágico, ya que durante ese fin de semana, aunque en los entrenamientos y no en la carrera, también falleció el piloto austriaco Roland Ratzenberger.
Aumento de las medidas de seguridad en los circuitos
Los sucesos de San Marino obligaron a la FIA (Federación Internacional de Automovilismo) a implementar nuevas medidas de seguridad en los circuitos. La presión por parte de las escuderías, los pilotos y también los aficionados fue importantísima para que el número de accidentes mortales se haya reducido de manera considerable en estos últimos años.
En los primeros años del campeonato de Fórmula 1, los accidentes mortales eran mucho más habituales, hasta el punto que durante la década de los 50 fallecieron quince pilotos mientras que en la década de los 70 fueron catorce.