Descubre los beneficios y restricciones del método Pilates antes, durante y después del parto.
El método Pilates combina la flexibilidad y los ejercicios para fortalecer la musculatura, teniendo un control sobre el cuerpo, la respiración y la relajación. Se basa en movimientos que realizan los músculos de la pared abdominal y del suelo pélvico.
Durante el embarazo, la mujer experimenta cambios de orden físico (y psicológico). Debido a ello algunas llegan a sentirse limitadas. Los cambios hacen que se pierda elasticidad, y mantener la postura se va haciendo cada vez más complicado según avanza la gestación.
Practicar Pilates en el embarazo puede ayudar a aliviar los dolores lumbares, frecuentes durante el crecimiento de la barriga. Además mejora la irrigación sanguínea que evita la aparición de varices y calambres. También es beneficioso en el fortalecimiento de los músculos pélvicos y abdominales, debilitados durante el proceso. Debido precisamente a esto, en el embarazo es posible que se produzcan escapes de orina con la tos o los estornudos, si los músculos del suelo pélvico están débiles. Y dolores de espalda o en la propia pelvis si lo están los abdominales.
Lo ventajoso del método Pilates es que al tratarse de una gimnasia anaeróbica, no requiere un esfuerzo físico tan grande y que pudiera ser perjudicial. La duración durante el embarazo la debe marcar el profesor o el médico, que también determinarán el tipo de ejercicios y la frecuencia. Pero en general, evitando los elementos de espalda y los de pique o rebote los últimos meses, no hay impedimentos para practicar Pilates hasta el final del embarazo. Romana Kryzanowska, heredera del método tras la muerte de Joseph Pilates, recomienda no realizar estos ejercicios en los tres primeros meses de embarazo, si no se practica previamente o se tiene una buena forma física.
Incluso en el propio momento del parto, el haber practicado Pilates ayuda a que estos tengan menor duración. También se tiene mayor concienciación corporal de las posturas durante el parto, resistencia y relajación. Después del parto también es recomendable seguir practicando Pilates, ya que ayuda a recuperar la forma de manera rápida y eficaz.
Practicar Pilates está contraindicado en algunos casos:
Contraindicaciones relativas (dependen de la evaluación de un profesional)
- Obesidad
- Fatiga
- Hipotiroidismo o hipertiroidismo
- Hipertermia
- Neumopatías agudas
- Anemia
- Infección sistémica
- Diástasis abdominal
- Contracciones uterinas
Contraindicaciones absolutas
- Incompetencia del cuello uterino o abortos habituales
- Hipertensión inducida por el embarazo
- Enfermedad pulmonar restrictiva
- Placenta previa
- Rotura prematura de membranas
- Diabetes materna
- Trabajo de parto prematuro
- Sangrado
- Retraso de crecimiento intrauterino
- Enfermedad cardiaca materna