Por el hecho de ser titulares de una tarjeta de crédito o de débito, somos responsables de su custodia y del buen uso de la misma. Si se produce un robo o extravío y con ello se deriva un uso fraudulento en cajeros y establecimientos debemos conocer cómo actuar y hasta qué punto somos responsables.
Pasos a seguir tras el robo
En el momento en que detectamos que la tarjeta ha desaparecido debemos comunicarlo a la entidad financiera para que proceda a bloquear el plástico y emitir uno nuevo en el menor tiempo posible. Con esta actuación la tarjeta queda inoperativa y será retenida en cualquier cajero en el que se haga uso de ella. No debemos olvidar interponer la correspondiente denuncia si lo que se ha producido es un robo.
Por nuestra parte, es conveniente consultar los extractos bancarios para observar cualquier movimiento que no nos corresponda. En estos casos, la banca por Internet nos facilita el trabajo porque podemos acceder al estado de nuestras cuentas en cualquier momento y además nos permite comprobar si el banco ha anulado la tarjeta.
A partir, de estas actuaciones, si se produce algún error y seguimos viendo movimientos extraños en nuestra cuenta, podremos reclamar al banco o a la aseguradora el importe de los cargos indebidos.
Responsabilidades
Una vez hayamos actuado como corresponde avisando al banco del robo, la responsabilidad por los cargos asociados a la tarjeta a partir de ese momento, la asume íntegramente la entidad financiera.
Por todos los cargos hasta el momento en que comunicamos el robo de la tarjeta, respondemos como titulares por los primeros 150 euros, el importe restante lo asume la entidad.
Es necesario que hayamos actuado siempre custodiando la tarjeta y el número PIN con total responsabilidad sin actuar fraudulentamente.