El servicio de Internet se está convirtiendo cada vez más en uno de los servicios básicos para el hogar. Aún no ha alcanzado el estatus que tienen otros como la luz y el gas, pero sí es una de las primeras gestiones que se realizan al cambiar de domicilio.
Las compañías cada vez incrementan más los servicios que tienen incluidos, pero esto también repercute sobre el precio que los usuarios de telecomunicaciones pagan por ellos mensualmente.
A pesar de su importancia dentro de los hogares, el coste mensual de las facturas es excesivo para muchos usuarios, que estiman innecesario el pago de ciertas cantidades en función de los servicios de telecomunicaciones que contratan. Para ellos, ahorrar en la factura de Internet se torna en algo esencial.
Para conseguir ahorrar en este sentido no hay una fórmula mágica, sino diferentes opciones que son más apropiadas para un tipo de usuario u otro. Te las explicamos en los siguientes apartados.
Cambiar de compañía de Internet
Esta opción es probablemente la más acertada para conseguir un cambio de precio más relevante. Eso sí, no siempre es la mejor opción, sobre todo si alguno de estos dos casos es la situación en la que te encuentras:
- Si tienes compromiso de permanencia, ya que para cambiar de compañía deberás pagar una penalización a tu actual operador que puede llegar a ser de cientos de euros.
- Si la cobertura en tu zona es limitada, ya que es posible que solo tu compañía ofrezca servicio allí, o que las alternativas sean incluso más caras o de peor calidad.
Para evitar incurrir en uno de estos dos errores te recomendamos que verifiques con tu compañía si te quedan meses restantes de contrato, y además, que realices un estudio de cobertura gratuito en algún comparador de Internet.
Contratar una oferta convergente
Si además de contar con la conexión a Internet también tienes contratada una o varias líneas de telefonía móvil, unificarlas en un pack con la misma compañía.
Como decimos, contratar un pack puede suponer un ahorro considerable en tus servicios de telecomunicaciones, pero también tiene algunos peligros que debes tener en cuenta si no quieres darte cuenta que finalmente estás pagando lo mismo o incluso más. Atento a estas consideraciones:
- Elige la velocidad de conexión en base a lo que necesites, no todos los usuarios necesitan 300 megas.
- Este tipo de paquetes suelen incluir líneas móviles con muchos datos. Mira tus últimas facturas para comprobar cuál es tu consumo y poder elegir con sentido.
- ¿Necesitas televisión? Debes hacerte esta pregunta, ya que es uno de los factores que más suelen encarecer los paquetes convergentes.
- ¡Ojo con las promociones! A todos nos gusta pagar menos los primeros meses pero, ¿sabes cuánto vas a pagar una vez pasado el período promocional? Echa cuentas y calcula si te compensa esa tarifa.
Estas indicaciones están pensadas para usuarios que tienen cierto control sobre sus servicios y sobre lo que necesitan. Si tienes dudas de qué elegir o de qué necesitas, te recomendamos de nuevo que accedas a un comparador de Internet y móvil para tener la información que necesitas e incluso asesoramiento personalizado gratuito.
Reducir la velocidad de conexión
En algunas ocasiones, las promociones o el desconocimiento nos llevan a contratar servicios que están por encima de nuestras necesidades, y a los que no les sacamos todo el partido para el que han sido concebidos.
Por este motivo, si por ejemplo hemos contratado una conexión de fibra simétrica y nuestro uso no está orientado a los videojuegos, el trabajo en la nube o las videoconferencias, es recomendable ahorrar en esa característica.
Además, si tu uso de Internet se resume en navegar por páginas web y acceder a redes sociales, bastará con que dispongas de una fibra óptica básica o incluso una conexión de ADSL (si te llega una velocidad de al menos 12-14Mb).
Usar el Internet del móvil
La forma más drástica de ahorrar en la factura de Internet es no contratando una conexión fija para el hogar. Como alternativa, deberás tener una tarifa de datos móviles que te permita compartir tu conexión a Internet con el resto de dispositivos a los que quieras dar acceso a la red.
Para este tipo de uso recomendamos un volumen de datos de entre 20-25GB, pero siempre debes ser consciente de que estás limitado, al contrario que con conexiones como la fibra óptica o el ADSL. A continuación te mostramos algunas de las tareas para las que, si las realizas de forma habitual, no recomendamos esta alternativa de conexión:
- Jugar online a videojuegos.
- Realizar descarga de archivos pesados.
- Ver vídeos de forma habitual.
- Subida de archivos a la nube.
- Si utilizas tu conexión para trabajar desde casa.
¡Un consejo! Cuando te encuentres fuera de casa, intenta aprovechar al máximo las zonas WiFi que encuentres. De esta manera podrás ahorrar datos móviles que luego podrás utilizar de una manera más útil con los dispositivos que tienes en tu hogar.
Estas son algunas de las principales formas de ahorrar en tu factura de Internet, siempre consideraciones generales. Para ahorrar en tu factura lo máximo posible y de una forma real, siempre aconsejamos el asesoramiento personalizado por parte de un experto.