Desde que somos pequeños estamos oyendo constantemente la idea del ahorro para tener una mejor calidad de vida en el futuro.
Nuestros padres dedican sus esfuerzos en conseguir que seamos capaces de guardar parte de nuestro dinero cada mes y de esa manera tener un colchón cuando las cosas empeoren y llegar a fin de mes no resulte tan fácil.
Pero la idea de no gastar aquello que nos ponen a nuestro alcance, es muy difícil. Cuando sabemos que tenemos en nuestro bolsillo dinero es muy complicado no gastarlo, ya que el ser humano actúa por naturaleza comprando compulsivamente y creando necesidades en donde simplemente existe un deseo por obtener algo.
Una vez llegados a este punto es cuando surge la idea del preahorro.
Cuando tenemos claro que guardar a fin de mes parte de nuestro dinero requiere una fuerza de voluntad que es casi imposible controlar, debemos adelantarnos a esa situación preahorrando.
La mejor manera de guardar el dinero es no teniendo la posibilidad de acceder a él. Si cuando cobramos nuestro sueldo ordenamos a nuestro banco un traspaso de cierta cantidad a otra cuenta a la que no podamos tener acceso por ningún medio de pago, conseguimos un ahorro casi sin darnos cuenta y además de manera continuada.
Está comprobado que de esta forma las personas ahorramos casi sin ser conscientes de ello y por tanto, lo hacemos durante más tiempo.
Con este método una vez empezamos nuestro ahorro, lo que se convierte en difícil es dejar de hacerlo cada mes.