Todos hemos tenido malos hábitos en que afectan nuestras finanzas personales. Todo hábito financiero influencian como manejamos nuestras finanzas y nuestra posición financiera. Estos malos hábitos o costumbres son necesarios de cambiar y no imposible, aunque se necesita compromiso y un deseo de cambiar. ¡Así que hacia adelante sin temor! Este artículo te va a ayudar y ensenar como eliminar los malos hábitos financieros.
Primero: Prepara tu mente
Toma toda responsabilidad de todos los hábitos que te trajeron a tu estado actual. Asume toda responsabilidad por tus acciones. Tú eres el chofer de tu vida y las acciones que has tomado, el único responsable de ellas eres tú. Cuando compras un auto que no puedes pagar, o gastas más de la cuenta, tú tomaste la decisión. Ciertamente somos tentado y siempre queremos más, y tal vez es más fácil decir sí que no al vendedor. Aun así, al final del día fue tu decisión. Tarde o temprano, tienes que adueñarte de tus decisiones.
Llegar al punto de realizar que tú eres responsable de tus acciones y hábitos es difícil. Comienzas a darte cuenta que todas las acciones que has tomado tienen consecuencias y muchas veces son muy diferente a las que nos imaginábamos cuando tomamos la decisión. Es algo para reflejar y hacer disciplinadamente. Lo bueno es cuando uno toma responsabilidad por todas tus acciones nos empodera para tomar acción para nuestro futuro. Tienes la capacidad para tomar los pasos necesarios para hacer los cambios de hábitos o eliminarlos completamente y llegar a tu nuevo futuro financiero.
Ahora que has tomado responsabilidad, comienza a examinar las consecuencias y las recompensas de tus hábitos. Haz una lista sencilla con los beneficios y los contras de lo que te dan tus hábitos. Procura ser cruelmente honesto contigo mismo. Lo puedes hacer. Aquí hay un simple ejemplo sobre la compra de ropa innecesaria.
Beneficios:
- Siento satisfacción de tener algo bonito al corto plazo
- Me da una opción más para vestir
- Es una oportunidad para ser aceptada/do en mi círculo social
- Me hace sentir con estilo
Consecuencias:
- Lo compro con dinero que no tengo, incrementa mi deuda
- Habito adictivo
- Tengo que trabajar más para pagar, costoso
- Deuda incrementa el estrés
Comienza a entender las recompensas a corto plazo con las consecuencias a largo plazo. Por lo general, justificamos un hábito que sabemos que es perjudicial porque valoramos desproporcionadamente las recompensas a corto plazo más que los efectos a largo plazo. La razón se debe a que no podemos ver los efectos a largo plazo, pues están en un futuro muy lejano, difícil de ver, a veces dudoso. Es mucho más fácil ver y sentir los beneficios a corto plazo, dejando las metas financieras a un lado.
Enfócate con cambiar un hábito a la vez. Es mejor eliminar un malo hábito permanentemente que tratar de hacer muchos cambios a la vez sin resultados. Muchas veces nos sentimos empoderados para hacer cambios, y esto es bueno, pero debemos de ser sabios y comenzar y terminar el cambio de un hábito al comienzo. Limítate a cambiar un solo hábito malo para eliminar ser abrumado con el querer cambiar todos al principio. No apures el proceso y termines sin ningún cambio.
No te desanimes si caes o hay pequeños contratiempos. Levántate, sacúdete y sigue adelante. Todos caemos, pero lo importante aquí es seguir y tratar de no tropezar con la misma piedra. Aprende de las caídas y asegúrate que no vuelvan a suceder.
Segundo: Elimina el habito
Primero comienza a entender cuando es qué haces el mal hábito. Mantén un diario y anota cada vez que actúas. Puede ser que lo haces cuando estas aburrido, cuando te sientes triste o estas estresado. Apunta el día, la hora y la situación en la que lo hiciste. Ahora presta atención y busca el gatillo o clic antes del hábito. Por ejemplo, quizá hayas notado que tiendes a fumar cuando estás con cierta persona o gastas en cosas innecesarias cada vez que vas a supermercado con hambre. Acabas de identificar el clic.
Si quieres seriamente vencer aquellos clics, habla con tu amigo. Dile por ejemplo: “Oye, estoy tratando de dejar de fumar. La próxima vez que vaya a pedirte un cigarrillo, ¿me podrías recordarlo?”. ¡Quizá hasta tu amigo se abstenga de fumar frente a ti por completo!
El punto es dejar de exponerte a aquellas situaciones en las que los clics abundan. Algunas personas tienen la mala costumbre de comer cuando se aburren. Les gusta la comida, pero no aburrirse, así que usan la comida como una manera de aliviar el aburrimiento. Evidentemente, el desencadenante de ese hábito es el aburrimiento. Mantén tu mente activa y tus manos ocupadas, así no comerás hasta que tengas hambre.
Procura reemplazar tu mala costumbre con un hábito saludable. Por ejemplo, muchos fumadores de mucho tiempo dejan de fumar gracias a que sustituyeron los cigarrillos por zanahorias cada vez que tenían un antojo. En estudios, los científicos han descubierto que las personas que comen más frutas y verduras fuman menos cigarrillos durante el día y terminan abandonando ese hábito con mayor facilidad. ¡Sé creativo con las sustituciones! Nunca sabrás si funcionará o no hasta que lo pruebes.
Condiciónate a no disfrutar ese mal hábito o costumbre. La siguiente técnica se parece un poco al experimento del perro de Pavlov, pues hay que asociar un hábito con una emoción negativa o un estímulo físico. Ponte una banda elástica en la muñeca. Cada vez que te encuentres haciendo esa mala costumbre, estira la banda y deja que caiga en tu muñeca de modo que te provoque una molestia. Se supone que deberás asociar el mal hábito con esa molestia y ¡tendrás una razón fisiológica para abandonarlo!
Busca mejores alternativas que te brinden los mismos beneficios. Los malos hábitos nos hacen sentir bien, aunque quizás no siempre lo pensemos del todo. Trata de detectar el beneficio que sientes gracias a la mala costumbre y busca una mejor manera de conseguirlo haciendo otra cosa.
Por ejemplo, por lo general los fumadores remplazan el cigarrillo con chicle (goma de mascar) que tiene nicotina. Aunque el chicle puede tener consecuencias o acarrear riesgos, podríamos decir que es mejor que fumar.
Usa los familiares o amigos como soporte social. Hazle una promesa a tu conjugue o amigo de que quieres eliminar cierto mal hábito. Con este acto, te has comprometido a hacer un cambio. Los seres humanos somos criaturas sociales y nos preocupa la opinión que los demás tengan de nosotros. Si le prometemos algo a alguien, esto nos empuja a cumplirlo. Hacer un compromiso a un ser querido trae una dimensión de presión saludable e urgencia para llevarla acabó.
Pon metas alcanzables y recompénsate cuando las superes. Has metas de 7, 10, 15, 21 y 30 días para eliminar un mal hábito y cuando las superes, celebra con algo inusual.
Consejos
- Piensa que si lo puedes lograr, mantente positivo.
- Celebra cuando hayas alcanzado tus metas!
- Ten paciencia. ¡No podrás cambiar una mala costumbre de la noche a la mañana! ¡Están tan automatizadas que a veces ni cuenta te darás de que lo estás haciendo!
- Sé amable contigo mismo. Torturarte por recaer en esa mala costumbre por accidente no te ayudará.
- Usa algo como una banda elástica. Cada vez que te encuentres haciendo el mal hábito, estírala y deja que te caiga en tu muñeca.
- Busca apoyo de los demás. Diles lo que pueden hacer para ayudarte. Así será más sencillo alcanzar tus objetivos.
- Infórmate sobre tus malos hábitos y como otros las han quebrado.
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