Desde hace un par de años, la situación de los pisos compartidos ha cambiado. Actualmente no son solo estudiantes los que comparten piso sino también las familias monoparentales, los recién emancipados y hasta las familias convencionales se han visto en la necesidad de alquilar una habitación para poder seguir pagando la hipoteca.
Este grupo heterogéneo de personas que comparten una vivienda sin conocerse está siendo cada vez más amplio. La crisis económica y la repentina subida de intereses en las cuotas mensuales de los préstamos hipotecarios ha forzado a muchas familias a poner en alquiler una de las habitaciones, esto seguramente nos recuerda a la España de los años 50 y las habitaciones con derecho a cocina más que a un moderno piso compartido.
Una de las cuestiones importantes es el precio al que muchas de estas habitaciones se alquilan, porque en muchos casos sobretodo en aquellos en los que nunca antes se había tenido esta necesidad, es muy difícil decidir cuánto cobrar. El monto es sin duda importante ya que si puedes ingeniártelas para desocupar una habitación y alquilarla ahorrarás una importante suma de la hipoteca.
El precio sin duda está definido por la ciudad y por la zona en la que se ubica la residencia; además es muy importante el tamaño del cuarto, si está amueblado, cuántas personas comparten el piso y las comodidades del mismo. Según un estudio, en Madrid se pide alrededor de 371 euros, lo mismo que hace un año, el precio por habitación es el mismo mientras que el precio por piso se ha elevado: una razón más para compartir.
Recordemos que también existen zonas de Madrid y de otras grandes ciudades, que superan el precio medio por habitación. Siempre al momento de buscar es importante tener en cuenta como una de las razones principales la zona en la que queremos residir.
Si por lo contrario, eres tu quien desea poner el alquiler una de las habitaciones que sobra en tu piso es importante que tengas en cuenta los gastos que incluyes en el precio de la habitación. Tener a una persona más implica obviamente una subida en el coste de la electricidad, teléfono, gas, por lo que lo más aconsejable es también dividir estos gastos.
Recuerda también que otro de los factores fundamentales es organizar la convivencia; desde cosas como el frigorífico hasta horarios y reglas de limpieza. Ten en cuenta que el nuevo inquilino querrá que el nuevo piso compartido sea también “suyo” porque igual que tu, está pagando por vivir ahí. La diferencia estriba en que el piso en realidad te pertenece; encontrar el equilibrio entre ambas posturas y sobretodo a un buen inquilino, sería lo ideal.
Si pensamos en la antigua tradición de habitación con derecho a cocina, recordaremos que los propietarios de la casa ofrecían al inquilino servicios adicionales como lavarle y plancharle la ropa, e incluso alimentación. Aunque esta costumbre ha cambiado, puede volverse a implementar sobretodo si buscas un inquilino acostumbrado a que le realicen las tareas del hogar.
Otra alternativa, sobretodo si no buscas una responsabilidad con la cual cargar por meses o años es la de alquilar por periodos mucho más cortos. Alquilar una habitación por semanas o días puede ser una buena idea. Tus inquilinos pueden ser personas que trabajen en turnos cambiantes, o que viajen a tu ciudad por un periodo corto de trabajo. El precio por noche ronda los 20 o 25 euros, para habitaciones en el centro. El huésped tiene derecho a llave, y el contrato se hace de forma verbal y el pago suele ser en efectivo.
Dos alternativas para aquellos propietarios que busquen una fórmula sencilla de ahorrar en el pago de la hipoteca. Te recordamos que aunque puede ser muy fácil alquilar, tengas bien claras las reglas del piso, los costes y la convivencia para evitar malos entendidos con un futuro compañero de piso.