Seguramente si quieres comprarte un piso o una casa vas a tener que pedir una hipoteca a tu entidad financiera. Para elegir la más adecuada te tienes que fijar en cuatro puntos importantes:
Tipo de interés
Sin duda es una de las cosas más importantes porque el tipo de interés es el porcentaje que se aplica al capital para calcular los intereses que se deben pagar y puede ser fijo, variable o mixto. El fijo se mantiene constante durante el tiempo que dura el préstamo. El variable (más recomendado) se revisa en un plazo cada seis meses o un año y depende del Euribor (el tipo de interés de referencia para estos préstamos). Si el Euribor baja, los intereses de tu hipoteca bajan, y si sube, los intereses también. El interés mixto consiste en acordar un precio fijo durante los primeros años y el resto del tiempo se convierte en variable.
Comisiones
Como cualquier producto financiero, un préstamo hipotecario también conlleva una serie de comisiones que impone la entidad bancaria. Los más importantes son las comisiones de apertura, de amortización (parcial o total) y la comisión de cancelación de la hipoteca.
Plazo de la hipoteca
También es fundamental porque determina el coste total de la hipoteca. Cuanto más largo sea el plazo contratado, más intereses se van a pagar. De modo que el coste de una hipoteca es menor a 25 años que a 40 años, aunque para una misma cantidad, a menos años mayores son las cuotas mensuales de la hipoteca.
Vinculaciones
Por otro lado, algunas entidades bancarias exigen al cliente algún tipo de vinculación añadida para poder hacer una oferta mejor en cuanto a tipo de interés o concesión de la hipoteca. Lo más común suele ser domiciliar la nómina o contratar algún depósito. También te pueden pedir contratar un seguro del hogar, planes de pensiones o seguros de vida. Sin embargo, tienes que tener en cuenta que no te pueden obligar a ello, solamente debes aceptar si realmente te ofrecen una buena oferta.