Cuando pasas mucho tiempo trabajando con ejecutivos y emprendedores exitosos, te das cuenta de las cosas que funcionan y no funcionan en el largo plazo. Una de las cosas que nos hemos dado cuenta es que no son los hábitos personales del emprendedor lo que determina si van a tener éxito, es su comportamiento. Si tienes un gran proyecto en la cabeza, tal vez te apetezca echar un vistazo a una serie de comportamientos que cuando confluyen en el emprendedor, le vuelven autodestructivo. Esta es la actitud a evitar.
La ingenuidad
Al principio todos somos crédulos, pero con el tiempo nos vamos convirtiendo en escépticos. Cuanto antes cuestionemos todo mejor para nuestro negocio.
El pánico
Las situaciones de mucha tensión son comunes en el mundo de los negocios. Las cosas casi nunca salen según lo planeado y muchas veces van mal, muy mal. Si no puedes mantener la calma en momentos de presión, difícilmente manejarás la situación.
El fanatismo
La pasión es un conductor hacia el éxito, pero si cruzas la línea y te conviertes en fanático, se volverá en tu contra. Esa sensación te lleva a una percepción sesgada de la realidad, a un razonamiento defectuoso y a una mala toma de decisiones.
La pereza
Los que tienen el impulso de lograr grandes cosas también saben una verdad fundamental: se necesita trabajo duro. La mayoría de las personas son vagas. Es por eso que la mayoría de las personas no logran grandes cosas. Tan simple como eso.
Tener mentalidad de resolución rápida
Steve Jobs dijo: “La mitad de lo que separa a los emprendedores exitosos de los no exitosos es la perseverancia”. Hay demasiadas personas que desean una gratificación instantánea y eso suele ser a la larga una fuente de frustraciones.
Comportarse mal
Todos aquellos sentimientos con los que te cuesta lidiar – los celos, la vergüenza, la inferioridad, no intentes transferirlos a las personas porque te saldrá mal la jugada y sobre todo, hundirá tu negocio.
El egoísmo
Si te centras demasiado en ti mismo, disminuirás tu eficacia. Se trata de abrirte al mundo y de focalizarte en la experiencia de cliente. Recuerda quién sirve a quién.
Vivir en el pasado o en el futuro
Por supuesto, podemos aprender del pasado, pero habitar en él es autodestructivo. Del mismo modo, puedes soñar con el futuro, pero si tus acciones no se centran en el presente, nunca lograrás conseguir tus planes o tus sueños.
La indiferencia desenfadada
Si oyes frases como “todo está bien” y “no te preocupes” hay algo que no funciona.
La hipersensibilidad
Si eres tan sensible que cualquier crítica te vuelve loco o loca y cada pequeña cosa que ofende, vas a pasarlas canutas en el mundo empresarial real. Hay una buena razón por la que los líderes de negocios por lo general tienen un buen sentido del humor y la humildad. Es una especie de un requisito.
Una última cosa. Si nada de esto te ofende lo suficiente como para desear escribir un comentario cabreado, tienes por lo menos dos o tres cuestiones puntos de este post que trabajar.