Cada vez y con más frecuencia, las organizaciones confían en el compliance tributario para evitar sanciones por parte de la AEAT. Sin embargo, esta especialidad tan demandada en otros países, aún se está desarrollando en España. Poco a poco, los empresarios españoles están asumiendo la importancia de controlar, en cierto grado, el riesgo fiscal que puede darse en muchas formas, y está disociado del volumen de facturación o el tamaño de la entidad en cuestión.

Por otro lado, la entrada en escena de la norma UNE 19602, promovida por la Asociación Española de Normalización y cuyo objetivo es establecer un marco común de asistencia a las Buenas Prácticas Tributarias, aporta nuevas herramientas que han de ser integradas en la iniciativa empresarial a fin de implantar, mantener y mejorar las políticas de compliance.

¿Cómo prevenir el incumplimiento tributario?

Para que veas mejor las ventajas de asumir la autogestión efectiva en materia tributaria, en los siguientes apartados vamos a señalar algunas vías de actuación recomendadas que siguen esta senda sistemática de cumplimiento.

Autoevaluar el grado de compliance

Antes incluso de pensar en tomar medidas, resulta crucial estimar los resortes asociados al cumplimiento, o lo que es lo mismo, saber con certeza cuál es grado de exposición de los sistemas de Gestión de Compliance implantados en la organización.

Contexto

Establecer políticas fiscales internas efectivas requiere de un estudio previo de los rasgos principales de la empresa, es decir, sus particularidades operativas, especialmente en términos contables, el sector en el que desarrolla su actividad y otros condicionantes internos relacionados con la forma en que se gestiona. Partiendo de aquí, será necesario detectar los riesgos tributarios principales que pueden afectar a su proceso diario de gestión, y qué contramedidas pueden paliar las consecuencias de una situación de incumplimiento.

Cultura organizativa orientada al compliance

Tanto los responsables directos como el cuerpo ejecutivo de la organización han de asumir el liderazgo de los cambios destacados, que, indudablemente, afectarán a la estructura establecida para rediseñarla en función del compliance. Asumir competencias concretas es también parte de este proceso, o delegar las mismas en un sistema laboral y organizativo que de ser reevaluado trimestre tras trimestre, y ejercicio tras ejercicio.

Implementar procesos

Una vez se hayan asimilado los retos de implantar un sistema preventivo, y se hayan establecido los responsables para llevar a cabo la gestión de las distintas partes de dicho sistema, es momento de articular los procesos que darán vida al nuevo organismo de compliance.

Deberás, si quieres que tu empresa sea capaz “por sí sola” de limitar las malas prácticas, definir procedimientos de cumplimiento que actúen en cada fase del día a día impositivo. Cabe señalar que la revisión de los procesos antiguos es el punto de partida de la nueva implementación, que debe estar orientada a la mejora del sistema actual.

En definitiva, cumplir con el Código de Buenas Prácticas Tributarias requiere de ciertos condicionantes previos, en ocasiones relacionados con el talento interno, y de la integración de sus recomendaciones en la cultura organizativa de tu empresa.

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