Los emprendedores somos un grupo de personas con ganas. Eso nos hace grandes. Sin embargo, esa emoción se traduce en muchas ocasiones en decisiones precipitadas y en una falta de planificación que puede pasar factura. Volar a ciegas en el ámbito de los negocios es de todo menos recomendable. Vamos a dar mil vueltas a nuestra idea, de eso no cabe duda, pero hay cuatro puntos críticos que tenemos que valorar de una forma objetiva, como si el proyecto no fuera con nosotros. Una vez analizados y si las respuestas son positivas, entonces palante. No dejes que tu entusiasmo nuble tu juicio.

  1. ¿Hacia dónde va el mercado en el que me voy a desarrollar?

Algunas ideas van por delante de su tiempo y otras por detrás. La única manera de conocer si estamos en el momento adecuado es a través de un estudio del mercado. Tenemos que ser conscientes de que la mayoría de las ideas exitosas no reinventan la rueda.

Cada idea se enmarca en un mercado y en una rama de actividad (salvo que sea tan radical que no tenga homólogos por ser completamente novedosa). ¿Cuáles son los productos más populares de tu mercado objetivo? ¿Ha cambiado ese mercado en los últimos años? Si es así, ¿Cómo?

Si la industria se ha estancado, la innovación puede ser un revulsivo. La clave es darse cuenta que tu idea llega en el momento adecuado. ¿Es tu idea diferente de todo lo que hay fuera? Si hay un punto de diferente, para delante.

  1. ¿Necesita tu idea ser patentada?

Unos amigos nos dijeron hace poco que se equivocaron por no patentar su idea. Eran los primeros en su mercado, se lo habían currado con el estándar, pero llegó un grupo empresarial muy potente y arrasaron con todo, incluidas sus ilusiones.

Nosotros hemos hablado de patentes en el pasado y siempre hemos recomendado registrar tu invento por las experiencias de nuestros usuarios. Si te informas y concluyes que es recomendable, no lo dudes.

  1. ¿Voy a monetizar?

Muchas ideas son estupendas en cuanto a que cubren necesidades (o expectativas, que se cabrean los marketinianos) de nuestros usuarios o clientes, pero monetizar es todo un mundo. No sirve de nada, sinceramente, tener una idea genial que no se traduce en ingresos. Además, peleas en un campo de batalla lleno de ejércitos, por lo que habrá que plantearse una serie de preguntas.

¿Puedes vender tus productos y servicios a un precio razonable? ¿Tienes margen para reducirlo si quieres ser más competitivo? No es suficiente con tener una gran idea, si es demasiado cara, nunca verá la luz del día.

  1. ¿Estoy seguro o segura de que va a existir demanda?

Si tienes claro que hay sitio para ti, estupendo, pero sólo hay una manera de estar seguro de que los consumidores están dispuestos a pagar, y es probando el mercado. Afortunadamente, hay muchas maneras de hacerlo.

En primer lugar, muestra tu idea a un usuario cualquiera ¿Estaría interesado? Muéstrasela a un experto en tu mercado ¿Le gusta? Y ahora a un potencial usuario interesado ¿Qué te dice? De todas las aportaciones toma tus propias conclusiones.

Una vez respondidas a estas preguntas y asumidos los miedos, toma la decisión adecuada.

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