El director de Okdiario hizo una agresiva campaña desde Marca a favor del empresario para que recuperara la Presidencia del Real Madrid. Como premio obtuvo los favores de Florentino, logrando así un pase vitalicio a ese mundo exclusivo que representa el palco VIP del Bernabéu, además de convertir al empresario en uno de los grandes anunciantes de la web de Inda

Eduardo Inda presume de atreverse a criticar casi a cualquiera, pero hay alguien para quien todo son elogios: Florentino Pérez. Cuando se trata del presidente de ACS y del Real Madrid, el habitual tono faltón de Okdiario se transforma y pasa a deshacerse en buenas palabras: “Lección de Florentino a Bartomeu en tiempos de coronavirus”, “Se cumplen 20 años de la llegada de Florentino Pérez: títulos, fichajes galácticos y un legado”, “Florentino Pérez dona 450.000 euros al Ayuntamiento de Madrid para luchar contra el coronavirus”, “Florentino Pérez siempre cumple sus promesas”. Son algunos de los titulares que la web de Inda dedica a Pérez,  con quien comparte ya casi quince años de favores mutuos y negocios en la sombra.

El inicio de este idilio se remonta al año 2007. El corrupto Jaume Matas (PP) acaba de perder la Presidencia de Baleares y Unidad Editorial decide mover ficha. Está a punto de comenzar una nueva etapa en la política autonómica, con el socialista Antich al frente, y la editora no quiere que Inda, muy vinculado a Matas y que había protagonizado una dura campaña de acoso a la izquierda, continúe pilotando las ediciones de El Mundo en las islas. Por eso deciden devolverlo a Madrid y colocarlo al frente de Marca, el diario deportivo del grupo. Es entonces cuando Inda sitúa al periódico al servicio de Florentino, que aspiraba a recuperar la Presidencia del Real Madrid.

Para ello, Inda no duda en iniciar una dura campaña de desprestigio contra el entonces presidente, Ramón Calderón. El punto álgido lo alcanzó en enero de 2009, cuando le acusó de manipular el resultado de la Asamblea General del club: “Calderón robó la asamblea. Le votaron compromisarios falsos”, tituló Inda a toda portada.

Marca también acusó a Calderón de utilizar tarjetas del club para gastos privados y de manipular las elecciones. Todos esos supuestos delitos fueron sistemáticamente archivados por los jueces y Ramón Calderón manifestó públicamente que “el diario Marca estaba dirigido por un psicópata”. Inda acabó enfrentado con la mayoría de sus redactores y con su director adjunto, Santiago Segurola, pero logró su objetivo: Calderón se vio forzado a dimitir y Florentino recuperó la presidencia que ya había ocupado entre el 2000 y el 2006. El amigo y valedor de Eduardo Inda, se convertiría de nuevo en presidente del Real Madrid el 1 de junio de 2009.

El empresario le devolvió el favor: cuando recuperó el timón de mando del club blanco, le cedió a Inda un pase vitalicio al palco VIP del club. Ese lugar no es sólo codiciado por los aficionados al fútbol sino, sobre todo, por los amantes de los negocios en la sombra. El palco VIP del Real Madrid es un sitio perfecto para hacer contactos y para mantener conversaciones alejadas de las cámaras con empresarios, políticos, mandos policiales y diplomáticos. Se trata, en definitiva, del verdadero kilómetro cero del poder económico, político y mediático en la capital, un espacio al que muy pocos tienen acceso y donde Inda se mueve como pez en el agua gracias a los servicios prestados a Florentino Pérez.

Pérez también es uno de los grandes anunciantes de Inda. Por ejemplo, Clece, una de las empresas de su grupo, que se dedica a hacer negocio con residencias de mayores, patrocina una sección en Okdiario. A cambio de esos ingresos, los titulares de la web son descaradamente publicitarios, cuando no directamente bochornosos: “El cálido aplauso de Clece a todos sus empleados por su humanidad en la pandemia”, “Una residente de Clece: nos cuidan como si fuéramos de su familia” o “Familiar y de confianza, así es la relación de los familiares con las residencias de Clece” son algunos de ellos. Esta visión edulcorada contrasta con la realidad: la firma de Florentino despidió a empleadas que denunciaron falta de pañales, toallas y esponjas en sus residencias y ocupó portadas por pagar sueldos de miseria a empleados con discapacidad.

Además de hacer negocio con el cuidado de los mayores, Florentino es el presidente de ACS, un gigante de la construcción y los servicios industriales con más de cuarenta filiales y varios escándalos a sus espaldas. ACS, por ejemplo es una de las grandes beneficiarias del fallido proyecto Castor, un almacén subterráneo de gas que nunca llegó a construirse; sus compañías también han estado aparecido vinculadas a la trama corrupta Lezo y fueron señaladas por Francisco Correa como pagadoras de mordidas al PP para obtener contratos de obras públicas y, recientemente, fueron adjudicatarias de buena parte de los trabajos de construcción del Hospital Isabel Zendal, impulsado por Isabel Díaz Ayuso (PP) y donde los sobrecostes ya doblan el presupuesto original.

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