Un portavoz del movimiento republicano conversa la víspera en el 90º aniversario de aquel 14 de abril de 1931 en el que la voluntad y la movilización populares proclamaron la II República.

Hasta 2018, el movimiento republicano del Estado español se encontraba disperso y descoordinado, pero fue entonces cuando 108 colectivos de ámbito estatal, autonómico, provincial y municipal reunidos en Madrid decidieron en asamblea constituir el Encuentro Estatal por la República, espacio unitario que “responde a la plurinacionalidad del Estado”, que concentra la inmensa mayoría del movimiento republicano de este y que además mantiene “contacto” y “buenas relaciones” con organizaciones no integradas, o aún no integradas, en él. El sevillano José Manuel García es uno de sus cuatro portavoces y la víspera del 90º aniversario de aquel 14 de abril de 1931 en el que se proclamó la II República, que se conmemora este miércoles, ha hablado con LUH sobre un movimiento, el republicano, que “no tiene reflejo en los grandes medios” pero que al mismo tiempo “está ahí, fluyendo por abajo”. Partiendo de esta realidad, abordamos el pasado, el presente y el futuro.

“La II República tampoco fue nada del otro mundo, pero sí fue un intento serio de acercar este país a Europa, a los valores de la civilización europea, y de modernización en la educación, en los derechos de la mujer, en la cultura… Bueno, pues ni siquiera esos moderados avances pudieron ser asumidos por la oligarquía de este país”, lamenta. Y es que la II República fue destruida por el golpe de Estado franquista de 1936, que, con la ayuda de los nazis de Hitler y de los fascistas de Mussolini, acabó imponiéndose al Gobierno legítimo, el republicano. El resto también es de sobra conocido: Franco murió en la cama en 1975 y, a su muerte y por su designación expresa, la monarquía borbónica fue restaurada en la persona de Juan Carlos I y sus herederos, restauración refrendada en la Constitución de 1978, ley básica del régimen del 78. Juan Carlos I está en Abu Dabi, pero antes de partir, acorralado por sus escándalos, abdicó en su hijo Felipe VI, que es quien ostenta ahora la Corona y con ella la Jefatura del Estado.

“En el movimiento republicano miramos hacia atrás y conmemoramos la segunda, que valoramos y de la que reconocemos todos sus avances y todos sus valores sociales; pero fundamentalmente miramos hacia delante y pensamos en la tercera, que construimos día a día y que tenemos que seguir construyendo”, advierte García, que recuerda una frase que en el movimiento republicano utilizan “mucho” y con la que están “todos” muy de acuerdo: “Recordamos la segunda, pensamos en la tercera”. “La II República se proclamó en una etapa histórica determinada, en una situación histórica que tiene elementos comunes con la actual –una monarquía corrupta que hacía aguas en lo político, en lo económico y en lo social, igual que la de ahora– pero que también es muy distinta a la actual”, explica.

“La monarquía es la guinda del pastel del régimen del 78”, advierte el portavoz del Encuentro Estatal por la República, que insiste en que la monarquía no es lo que define el régimen del 78 –en el sentido de que este podría mantener su esencia política económica, y social con monarquía y sin ella–, pero sí constituye “la clave de bóveda” de “una democracia muy limitada” y de “un modelo económico y social insostenible no sólo medioambientalmente, y es que esta tasa de paro, esta precariedad, esto de que los derechos fundamentales a la vivienda, a la educación… se estén pisoteando todos los días es insostenible”. “Por eso decimos que hay que construir un nuevo país, que se llama República, con un contenido social, económico y político al servicio de la gente, de la inmensa mayoría de la gente y no de esa minoría, de esa oligarquía, que lleva controlando este país desde hace siglos”, apunta, y es que en el movimiento republicano están convencidos de que “el ciclo del régimen del 78 está acabado” y de que “hay que superarlo”. Pero ¿cómo?

“El camino para superar el régimen del 78 y llegar a la III República es un proceso constituyente”, apunta García. Es consciente de que el Congreso no cuenta actualmente con una “mayoría republicana capaz de abrir un proceso constituyente”, pero asegura que, aunque contara con ella, el movimiento republicano preferiría “no ir por ese camino”, sino por el de la construcción de un proceso “muy amplio, muy abierto, muy democrático y muy de abajo a arriba: de los barrios, de los centros de trabajo, de los pueblos…”. “La I República llegó de una forma muy curiosa y la II República también; cuando –después de unas elecciones municipales– fue proclamada, el movimiento republicano no estaba muy articulado y no había ni grandes organizaciones republicanas ni mayoría republicana en el Parlamento”, explica, e insiste en que actualmente “en el Parlamento las fuerzas republicanas son absoluta minoría, pero el proceso constituyente nosotros pensamos que tiene que ir de abajo a arriba, a través de una democracia participativa; el pueblo informándose, debatiendo y acordando, y eso después tendrá reflejo en unas elecciones constituyentes y en una asamblea constituyente”.

Consulta Popular Estatal Monarquía o República

La Consulta Popular Estatal Monarquía o República “surgió fundamentalmente de los colectivos que habían organizado consultas en algunos pueblos y barrios y fundamentalmente en las universidades”, colectivos que se dirigieron al Encuentro Estatal por la República para explorar la posibilidad de llevar a cabo una consulta como esas pero de ámbito estatal. Unos, otros y “muchas organizaciones que no están en el movimiento republicano pero que están de acuerdo con el derecho a decidir entre monarquía y república” acabaron poniendo en marcha en 2019 la Plataforma Consulta Popular Estatal Monarquía o República, que puso fecha a esa consulta para decidir la forma de Estado en España: el 9 de mayo de 2020. La pandemia de coronavirus impidió y sigue impidiendo su celebración, pero se ha acordado hacerlo “en el momento en que la situación sanitaria lo permita” y se espera que esa consulta sea “el aldabonazo” para el proceso constituyente que desemboque en una “democracia plena” que garantice “lo público, la sanidad, la educación, el derecho efectivo al trabajo con empleos estables y sueldos justos y unas pensiones públicas dignas”, es decir que desemboque en la república que anhela el movimiento republicano.

“Hace veinte o treinta años quizás sí, pero actualmente la república no puede ser sólo un cambio de marco político institucional –quitamos a un rey y ponemos a un presidente, o a una presidenta, de la república–, es decir que no puede ser sólo un cambio institucional que afecta a la Jefatura del Estado y se acabó; como está la situación en este país y con el ciclo del 78 acabado, hay que construir una república que implique cambios institucionales pero sobre todo que implique cambios de contenido político, económico, social, porque este modelo económico y social no es sostenible”, advierte García, que insiste en que algo así “sólo se construye de abajo a arriba”, pues “no es posible construirlo de otra forma”.

Este miércoles se cumplen 90 años de aquel 14 de abril de 1931 en que la voluntad y la movilización de un pueblo decidido a elegir la Jefatura del Estado pero sobre todo a mejorar sus condiciones de trabajo y de vida derribaron un régimen monárquico corrupto hasta los tuétanos y que llevaba años haciendo aguas en lo político, en lo económico y en lo social. Pero los avances políticos, económicos y sociales siempre tienen enemigos muy poderosos. Sobre todo, en España. “Como dice un amigo mío danés que viene mucho por Sevilla, en España tenemos la burguesía y la derecha más cutres de toda Europa; este amigo mío danés, que por cierto es de derechas, me dice que siendo de derechas se avergüenza de la derecha que hay en España”, concluye el portavoz del Encuentro Estatal por la República. “Es lamentable, pero es lo que tenemos; si tuviéramos otra derecha –una derecha civilizada y demás–, se podría llegar a un proceso de reforma y de regeneración pactado, pero en este país y con esta derecha es imposible, así que hay que ir a un proceso de construcción de algo nuevo de abajo a arriba, no hay otra forma”.

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