Fundación Ecolec, organización sin ánimo de lucro que centra su actividad en el reciclaje de aparatos eléctricos y electrónicos (RAEE), ha incrementado la gestión de este tipo de residuos un 10 por ciento en 2021.
Según ha explicado la compañía, el archipiélago se encuentra entre las comunidades que mas han crecido en la gestión de RAEE, por detrás de Navarra y Cantabria (ambas un 36 por ciento), Madrid y Andalucía (21 por ciento), La Rioja (18 por ciento), Castilla y León (16 por ciento) y Comunidad Valenciana (11 por ciento).
Además de este dato, también destaca el de las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla, que se sitúan «como los territorios nacionales en los que se ha registrado un mayor incremento en 2021, un 191 por ciento y un 210 por ciento, respectivamente».
A nivel nacional, Fundación Ecolec ha alcanzado la cifra de 124.762 toneladas de dichos residuos correctamente gestionados en 2021. En este sentido, respecto al volumen de toneladas, el ranking nacional lo ocupan Madrid (23.157 t), Andalucía (18.578 t) y Comunidad Valenciana (15.090 t), que entre las tres concentran el 45 por ciento del total de residuos de aparatos eléctricos y electrónicos gestionados por Ecolec en todo el país.
LA «IMPORTANCIA» DEL RECICLAJE
Cada año se generan cerca de 50 millones de toneladas de residuos electrónicos en el mundo, siendo el tipo de residuo que más aumenta debido, entre otras razones, al consumo masivo de aparatos eléctricos y electrónicos, la digitalización y los avances tecnológicos. Según E-Waste Monitor 2020 se estima que en 2050 podrían producirse 100 millones de toneladas de estos residuos, siendo su tasa de reciclaje inferior al 20 por ciento en la actualidad.
«Hay muchas evidencias que demuestran que el reciclaje de nuestros RAEE es esencial. Por ejemplo, un frigorífico mal reciclado emite a la atmósfera gases de efecto invernadero equivalentes a las emisiones de un coche en 15.000 kilómetros», ha recalcado el director general de Fundación Ecolec, Luis Moreno.
Además, ha hecho especial hincapié en que «las consecuencias de no reciclar correctamente los aparatos electrónicos cuando dejan de funcionar se agravan en aquellos puntos del Planeta donde la extracción de materias primas para fabricar estos productos produce graves impactos sociales y medioambientales».
En este punto, ha explicado que todos los dispositivos eléctricos que se usan en el día a día «pueden tener una segunda vida si se reciclan correctamente». «Cada usuario se convierte en el actor principal de un proceso en el que se puede dar un final apropiado que, por un lado, ofrezca la posibilidad de su reutilización y, por otra parte, ayude a un desmontaje y una descontaminación sostenible, responsable y respetuosa con el Medio Ambiente», ha concluido.