Ensaïmada: es el postre mallorquín más internacional, y es que no hay desayuno o evento familiar en Mallorca en el que falte esta dulce y esponjosa espiral en su versión individual o familiar. Podemos elegir entre la clásica, la rellena (de crema, “cabello de ángel” o chocolate), o la que incluye en su superficie incrustaciones de fruta natural o confitada, o pedazos de sobrassada, una mezcla deliciosa.
Te recomendamos probar esta delicia en su versión original con un chocolate caliente en Can Joan de s´Aigo (un lugar emblemático de la ciudad) y, si optas por una ensaïmada familiar con cualquiera de sus deliciosos rellenos, no puedes dejar de probar las del Forn de Sant Francesc, en Inca… ¡son las mejores!.
Crespells de Mallorca
Crespells: otro postre, en este caso de masa más compacta y seca pero jugosa gracias a la manteca que contiene (ingrediente fundamental en gran parte de la repostería mallorquina). Suelen presentarse a modo de galletas gruesas con distintas formas, aunque la más popular es la de estrella, y a pesar de que se consumen todo el año, son especialmente típicos en Semana Santa.
Para probar unos buenos crespells, las mejores opciones son adquirirlos en los típicos hornos, como el del Forn del Santo Cristo, o disfrutar de ellos con una buen café en la misma pastelería, como cualquiera de las de Ca na Cati, ambos en Palma.
Tumbet Mallorquin
Tumbet: patata, berenjena, pimiento rojo y tomate; son los pilares de uno de los platos principales más conocidos, ideal para veganos. Las hortalizas se colocan en capas una vez fritas en el recipiente de barro llamado “greixonera”, y se finaliza con un toque de horno. Caliente en invierno o frío en verano, es un acierto seguro.
En el bonito restaurante Los Patos del Puerto de Alcudia, o en un local típicamente autóctono como el Celler Sa Travessa de Inca, puedes encontrar algunas de las mejores versiones de este gustoso plato.
Sobrassada de Mallorca
Sobrassada: su sabor y su textura son el secreto de que este “simple embutido” de cerdo de fabricación artesanal sea una de los tesoros más codiciados y representativos de la isla. Sola, untada en pan o en galletas saladas, como condimento, frita con miel… De cualquier manera, la sobrassada tiene ya su propio hueco en la historia mallorquina.
Algunas de las mejores elaboraciones se pueden encontrar en dos de las boutique gourmet más conocidas de Palma, el antiguo Colmado de Santo Domingo y Son Vivot, donde cada sobrassada es una pequeña obra de artesanía gastronómica.
Frit mallorquí:
Frit mallorquí: otro de los grandes conocidos de nuestro recetario es este clásico frito de patata, cebolla, tomate, hinojo, laurel, guindilla y asadura de carne de cerdo (aunque admite otras versiones con distintas especias, otros tipos de carne e incluso marisco y frutos del mar). Se presenta con todos los ingredientes cortados en pequeños pedazos y es ideal para reponer energías en épocas de frío.
Algunos de los mejores “frit” los podemos degustar en restaurantes que ya son clásicos en la isla como Can Canet, junto al bonito pueblo de Esporles, o el Celler Sa Premsa, un viejo conocido del núcleo urbano.