Desde que nacemos nuestro cuerpo ya conoce, de forma natural, la importancia del agua. Y es que ingerir líquidos es casi tan importante y necesario para vivir como lo es respirar. Está demostrado que un adulto puede sobrevivir hasta 8 semanas sin ingerir alimento alguno, omitiendo las carencias vitamínicas y minerales que esto conlleva, pero por lo contrario no puede sobrevivir más de cuatro días sin ingerir ningún tipo de líquido, ya sea agua, refrescos o zumos. Y eso es debido a que nuestro cuerpo está compuesto por un 65% de agua, lo que nos lleva a que podemos confirmar que es cierta la afirmación de “somos todo agua”.
Beneficios del agua
Aparte de ser un líquido necesario para vivir, el agua aporta una serie de beneficios positivos para nuestro organismo. No solo hidrata y nos ayuda a tener una piel sana, también es importante ingerir como mínimo 2 litros de agua al día para poder mantener los riñones limpios y, por tanto, tener la sangre limpia y purificada.
¿Por qué es importante tener la sangre limpia? Muy sencillo, porque gracias a ella los órganos vitales funcionan correctamente por el continuo bombeo de sangre en buen estado. Cuando una persona presenta altos índices de suciedad en sangre, esto hace que los riñones dejen de funcionar por culpa de esa intoxicación y, poco a poco, va afectando a los otros órganos hasta el punto que puede llegar a afectar al cerebro. Esto provoca que el no tener una buena hidratación pueda llevar a sufrir desde problemas cardiovasculares, a problemas renales que, de ser prolongados, pueden derivar en una insuficiencia renal crónica y todo lo que esto conlleva, como por ejemplo diálisis y un trasplante de órgano. ¡Y todo esto por no beber agua o no ingerir la suficiente cantidad a diario!
Aunque sus beneficios no se limitan simplemente a los órganos internos, la mala hidratación también puede provocar estados de molestia en las personas. Desde dolores de cabeza fuertes por la falta de líquido a fatiga o sensación de estrés. El cuerpo es sabio y cuando necesita ese combustible natural, hace todo lo que tiene en su mano para avisarnos y reclamarlo. De ahí que muchas veces nos sintamos de mal humor o tristes cuando no tenemos una buena hidratación.
Otro beneficio demostrado es el cosmético. ¿Sabíais que algunas arrugas surgen, además de por los malos hábitos, por una incorrecta hidratación? Por eso es recomendable tomar el mínimo establecido de agua al día, para que nuestra piel no se reseque y pierda propiedades. Sino fíjate en los labios, cuando llevan mucho rato sin recibir una gota de agua, estos se agrietan. Y eso sin omitir otro beneficio relacionado con la zona de la boca. Muchas veces la halitosis no surge por problemas estomacales o de mala higiene bucodental, sino por tener malos hábitos a la hora de beber agua, lo que también puede ser un gran problema.
Por otro lado, gracias a ella es más fácil perder peso o quitar esa sensación de hinchazón. En esta misma línea, es recomendable beber un vaso de agua antes de cada comida para evitar atracones y el agua ayuda a que sea más fácil digerir los alimentos y expulsar las grasas de nuestro cuerpo. Esto hace que, si padecemos de estreñimiento, el agua sea una forma de hidratar y lubricar nuestro sistema digestivo para ayudar a la expulsión de los desechos que genera nuestro cuerpo.
¿Cuánta cantidad de agua podemos beber?
Tener una buena hidratación es un trabajo diario. De hecho podemos decir que el agua es como las medicinas, si un día no bebes el mínimo de agua recomendado entonces no bebes el doble el día siguiente. Eso es debido a que, aunque el agua es beneficiosa para el correcto funcionamiento de nuestro organismo, también puede ser mala en grandes cantidades. Beber muchos litros de agua en pocos periodos de tiempo puede generar intoxicación y hacer que nuestro cuerpo no pueda tolerar esa sobre hidratación, provocando mareos, desmayos o finales más fatídicos.
Expertos recomiendan que durante el día se beba como mínimo 8 vasos de 200 ml de manera habitual, lo que se traduce a unos 2 litros diarios. Eso siempre en invierno o en ambientes fríos donde nuestro cuerpo no suda y, por tanto, no pierde líquidos por las glándulas sudoríparas. En cambio, en verano o en ambientes más cálidos o cargados hay que elevar el agua diaria a 3 litros, lo que está representado por unos 12 vasos de agua al día. Se puede superar las dosis recomendadas en un litro o incluso dos, pero más allá de eso lo único que estamos consiguiendo es que nuestro cuerpo pierda demasiadas sales minerales y esto, en consecuencia, provoca dolores de cabeza. Por eso es importante conocer la importancia del agua y saber cómo consumirla para el beneficio de nuestro cuerpo.