Este año la venta del tradicional roscón de Reyes se mantendrá o aumentarán en los niveles que el pasado enero, según pronostica el presidente de la Asociación de la Pequeña y Mediana Industria de Panadería y Pastelería, quien afirma que a pesar de la crisis el tradicional roscón de pastelería se impone al industrial.
“Hay muchos factores que inciden en la elección del roscón no industrial, y la primera es la relación calidad-precio. Por algo más de 1 euro puedes degustar un trozo de este tradicional dulce fresco, y con ingredientes de gran calidad. Se trata de un dulce que hay que consumirlo en su totalidad, ya que la gracia está en encontrar las dos figuritas, el haba y el rey. El que encuentra la primera pagará el próximo roscón, y el otro se coloca la corona. La gente que regala el roscón no quiere quedar mal, y elige el roscón de pastelería, ya que se trata del regalo que los familiares llevan a casa para degustación y divertimento”.
Analizó una selección de roscones
La mayor calidad del roscón de horno frente al industrial lo corrobora también el estudio efectuado recientemente por la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), que analizó una selección de roscones envasados y los comparó con los de pastelería, según indica PIMEM. Solo uno de los industriales destacaba por encima del resto, aunque según esta organización de consumidores, la calidad de los roscones de pastelería destaca sobre la de los industriales.
“El roscón elaborado en horno y pastelería es fresco, hecho del día, con ingredientes de mayor calidad. Y es un dulce rentable por su calidad, que mantiene su precio entre los 10 y 12 euros de media. El más vendido suele ser el liso, el tradicional, aunque se hace de diversos rellenos como almendra, nata, trufa, chocolate y crema”, dice Miquel Torrens.
“El día de mayor venta sigue siendo el de Reyes, aunque para no hacer colas hay quien adelanta su compra al día 5, y suele haber encargos ya a partir del día 4 de enero. Es una tradición que no sólo se mantiene, sino que va en aumento. Cada día se valora más el producto de calidad y el consumidor es consciente de que además contribuye al mantenimiento del comercio local y de proximidad”.