El consejero delegado de Meliá Hotels International, Gabriel Escarrer, cree que la compañía conseguirá en 2023 cifras de ventas semejantes e incluso superiores a las de antes de la pandemia, en 2019, con mayor intensidad en el componente vacacional, aunque se va recuperando también el turismo de congresos.
En una entrevista, Escarrer ha explicado que en 2022 fue de menos a más, aunque elude concretar datos de cierre. Tras un primer trimestre “nefasto”, en el segundo las cifras fueron ligeramente superiores a las de antes de la pandemia, el tercero fue “espectacular” y el último del año, “muy bien”.
En el primer trimestre de 2023, con datos de la primera quincena de enero, “estamos bastante cómodos”, señala el máximo ejecutivo de Meliá, que, no obstante, se muestra prudente por las múltiples incertidumbres en el entorno (la guerra en Ucrania, el precio del combustible la inflación, los tipos de interés…)
Para el Caribe (México, República Dominicana y Cuba), las perspectivas son “buenas”, sobre todo por la pujanza del mercado en Estados Unidos y Canadá (este país abrió el tráfico internacional en la primavera del año pasado).
En el mercado europeo, la fortaleza del dólar está retrayendo algo los viajes hacia el Caribe, una tesitura que, sin embargo, beneficia a Canarias.
En el área del Sudeste asiático, según las percepciones de Escarrer, los chinos están viajando sobre todo a lugares del interior del país, en tanto que se detecta mayor movimiento desde mercados como Japón, Corea o Australia hacia destinos como Tailandia, Vietnam e Indonesia.
POTENCIA EN EL TURISMO VACACIONAL
En el ámbito doméstico, en España los destinos urbanos no son representativos en el primer trimestre del año, pero sí observa el CEO de Meliá la potencia de la edición de Fitur que comienza este miércoles en Madrid y la del Congreso Mundial de Móviles (MWC) en Barcelona en febrero, que va a ser muy potente e “incluso podría ser el mejor de su historia”.
Este primer trimestre marcará la evolución del conjunto del año, que “salvo catástrofe” puede quedar en cifras similares o ligeramente superiores a las de 2019.
La recuperación es más evidente -añade- en el componente vacacional, sobre todo en categorías superiores, al tiempo que mejoran las perspectivas para el turismo MICE (congresos, incentivos, eventos…)
En 2023, la cadena hotelera abrirá entre 9.000 y 20.000 habitaciones, nivel semejante al de 2022, bajo fórmulas que exigen poca aportación de capital, es decir, con contratos de gestión o mediante franquicia, con mayor crecimiento en el segmento vacacional que en el urbano.
EL JUAN CARLOS I DE BARCELONA SERÁ EL MIRANDA DE PEDRALBES
Una de las grandes apuestas de la empresa mallorquina para este año será la reapertura del antiguo hotel Juan Carlos I, en Barcelona, que pasará a llamarse Miranda de Pedralbes. Será un Gran Meliá y quiere convertirse en una referencia para el llamado “bleisure” (ocio urbano).
En cuatro meses abrirá otro complejo en el Ngoro-Ngoro (Tanzania), y acaba de anunciar la apertura de un complejo de nueva construcción en las islas Scheychelles en 2025. Además, aterrizará en Arabia Saudí de la mano de socios locales y seguirá ampliando presencia en el Sudeste asiático.
También en el segmento de lujo, Meliá abrirá en dos meses el primer establecimiento de la marca Paradisus -con gran presencia en el Caribe- en España, en concreto en Gran Canaria, y en verano estará operativo un segundo en Lanzarote.
Meliá piensa también en el sur de España para introducir Paradisus, una marca con la que aspira a situarse en destinos todo el año, con baja estacionalidad.
El foco de acción de la cadena mallorquina se sitúa en la cuenca mediterránea, en el Caribe, el sudeste asiático y los destinos urbanos vacacionales.
PIDE FONDOS PARA LOS DESTINOS MADUROS
Escarrer explica que España ha invertido tras la pandemia “más que nunca”, con 3.100 millones de euros para el sector aunque, en su opinión, es una cantidad “muy baja” comparada con el impacto del turismo en la economía española (13 % del PIB).
Confía en que el último tramo de estos 3.100 millones que queda por asignar vaya a la recuperación de destinos maduros (los pioneros del sol y playa de los años 60-70) porque tendrá más impacto económico y social ya que estos enclaves representan en torno al 70 % de los ingresos por turismo.
Así se lo han trasladado a la nueva secretaria de Estado de Turismo, Rosana Morillo, de la que Escarrer tiene la mejor impresión porque es “una gran profesional”.
En su apuesta por la calidad por encima de la cantidad, cree que “vamos por buen camino” aunque observa que hay otros países, especialmente en la cuenca mediterránea, que son competidores y han hecho una apuesta muy fuerte por la captación del turismo internacional.