En España hay una costumbre que todavía no se ha perdido, y es irse de tapas. Algunos expertos aseguran que con la llegada de la recuperación económica esta costumbre ahora es más fuerte. Pero, ¿qué es mejor: irse de tapas por bares o ir a comer a un buen restaurante?
¿Qué elección es la mejor para comer?
Es un eterno conflicto que hay entre los españoles. Cuando los extranjeros visitan España, les encanta la idea de poder tomar unas tapas, pero también les gustan los restaurantes. No obstante, hablando en el campo de la alimentación y de la salud, ¿qué es mejor?
Cuando se va de tapas, lo normal es pedir unas patatas bravas o un pincho de tortilla, luego irse a otro lugar donde se toman unos calamares en su tinta o unas croquetas y después a un tercer lugar… y seguir así hasta haber saciado el apetito. Por otro lado, cuando se acude a un restaurante el menú está compuesto por diferentes platos que llenan en el estómago al mismo tiempo que aportan nutrientes al organismo. No obstante, las tapas también aportan estos mismos nutrientes. De hecho, algunos aseguran que son mucho más nutritivas y sanas, porque se prescinde del consumo de carne roja cargada de grasa o de abundantes cantidades de pescado azul. Por otro lado, los menús de los restaurantes son más variados en cuánto a los alimentos, lo que es también bueno para la salud.
Si se habla desde el punto de vista económico, cuesta mucho decir que es más barato. Si a cada tapa se le pone una media de cuatro euros, con comerse tres el cliente se habrá gastado 12 euros. En cambio, en un restaurante, es fácil encontrar menús por ese mismo precio. En este aspecto la diferencia es mínima, por no decir inexistente.
Así pues, ¿qué es mejor? Todo dependerá del gusto personal de cada uno. Habrá quien prefiera ir a un bar y estar comiendo unas tapas con los amigos mientras que otros buscarán la tranquilidad que ofrecen los restaurantes.