El Castillo de Bellver se encuentra situado en Mallorca y es uno de los monumentos más representativos de la historia y cultura de las Islas Baleares.
La visita a esta fortificación es una de tus paradas obligadas si acudes por primera vez la capital balear.
El Castillo de Bellver es un maravilloso monumento al que merece la pena acercarse para que para apreciar su estructura tan peculiar y hermosa.
El Castillo de Bellver se construyó en el siglo XIV por orden del rey Jaime II de Mallorca y todavía hoy mantiene un estado de conservación muy aceptable gracias al cuidado que le prestan los miles de turistas que cada año esta fortaleza.
Es un castillo de estilo gótico de planta circular, siendo el más antiguo de toda Europa con este tipo de estructura.
Está localizado a 3 kilómetros de Palma y se puede divisar desde cualquier punto de la ciudad, debido a que está situado a unos 100 metros de altura sobre el nivel del mar.
El Castillo de Bellver está rodeado de un frondoso bosque y desde allí se pueden contemplar preciosas vistas al mar Mediterráneo, al puerto de la capital y a la Sierra de Tramuntana.
La visita a este monumento incluye la visita al Museo de Historia de la ciudad de Palma.
DE RESIDENCIA REAL A PRISIÓN MILITAR
Los usos de este castillo han sido diversos a lo largo de los siglos. Hasta 1717 fue residencia real, si bien a partir de esa fecha pasa a ser prisión militar donde estuvieron encarcelados ilustres personales, como el literato y político Gaspar Melchor de Jovellanos, donde permaneció recluso durante siete años (1802-1808).
Como curiosidad, cabe señalar que en 1821, el Castillo de Bellver se convirtió temporalmente en fábrica de la moneda.
Años más tarde, durante la Guerra Civil Española, este monumento volvió a establecerse como cárcel, acogiendo a más de 800 prisioneros.