Hoy os traigo una excursión de poca dificultad, ideal para realizar con niños. El descenso hasta Sa Foradada es una experiencia única que puede acabar con una puesta de sol de película. Sin lugar a dudas, es uno de los lugares más emblemáticos de Mallorca.
Situada en la Serra de Tramuntana, en la carretera que une Valldemossa con en el municipio de Deià, esta emblemática “roca agujereada” es uno de los rincones más visitados de la isla.
Empezamos la ruta en Son Marroig, una antigua posesión mallorquina que merece la pena visitar. Dentro de finca podemos acceder al romántico Mirador des Galliner, desde donde podemos contemplar un bello plano de Sa Foradada con el mar como telón de fondo.
Pasando por delante de la finca, con el mar a la derecha, nos encontraremos con una valla con unas escaleras que permite el acceso a excursionistas.
En el inicio del paseo es fácil ver burritos que, en las época menos transitadas, se acercan a los senderistas sin miedo.
Un precioso olivar nos va adentrando en el camino por el discurrirá muestra ruta en la que hallaremos varios miradores y divisaremos unas curiosas cuevas al principio del descenso.
Con un poco de suerte, podemos toparnos con ovejas, cabras salvajes y diferentes aves sobrevolando por encima de nuestras cabezas.
¡TODO UN ESPECTÁCULO!
La bajada es espectáculo porque todo el tiempo se divisa el infinito mar azul entre el verde intenso de los pinos característicos de la Serra de Tramuntana.
A paso tranquilo tardaremos aproximadamente una hora. Es un camino de apenas tres kilómetros cuesta abajo. Una vez que llegáis, podéis comer tranquilamente en un bar-restaurante que ofrece unas paellas deliciosas. Aunque si preferís, la opción de hacer un picnic también es un planazo fantástico.
Si hace calor, la jornada puede terminar con un refrescante baño en la pequeña cala de rocas que nos encontraremos al final del recorrido.
PUESTA DE SOL
La vuelta resulta un poco más dura, porque la pendiente es considerable, especialmente en algunos recodos donde conviene hacer una parada para tomar un poco de agua y, de paso, divisar las impresionantes vistas que tenemos a nuestra derecha.
Una vez arriba, si nos apetece, podemos tomar algo en la terraza del bar chill out que está justo en el mirador y contemplar la puesta de sol con la mágica roca que sobresale del interior del mar.
Sa Foradada es una de esas excursiones en Mallorca para ir con niños y en familia que siempre gusta y enamora. La excursión es de nivel fácil aunque el ascenso puede ser un poco pesado para los más pequeños.