Dicen que crecer es genial, cuando teníamos 10 años estábamos deseosos de ser mayores y tomar nuestras propias decisiones. Queríamos ir a la universidad, trabajar, conducir, salir con los amigos y muchas más cosas. Pero a medida que vamos creciendo nos damos cuenta que no es tan fácil.
Al llegar a los 25 nuestra vida cambia mucho y las prioridades son otras. Es inevitable alejarnos de algunas amistades y cambiar nuestras metas y sueños. Estas son algunas de las cosas que nos pasa cuando llegamos a esta edad.
- Tus redes sociales ya no son iguales, se inundan con fotos de compromisos, bodas y bebés. Tus fotos de fiesta se pierden entre actividades familiares y fotos de bebés sonrientes.
- Tus amigos ya no suben fotos bebiendo cerveza, ahora todos se han abonado a hacer algún deporte.
- Tu familia te pregunta en todas las reuniones cuanto tienes pensado casarte, cuando vas a tener niños, etc. Tienes que explicar el por qué sigues soltero.
- Se acabaron esos días en los que estudiabas, trabajabas y salías por la noche, ahora tu energía solo te da para hacer una cosa.
- Ahora tu mejor frase para los fines de semana será: “Como en casa en ningún sitio”. Horas de sofá y series favoritas, ese será tu mejor plan.
- Ya no aguantas las resacas como antes, ¿Cuántas veces has salido por la noche y casi sin dormir has ido a estudiar/trabajar? Olvídate, ya no podrás.
- Que te pidan el DNI para entrar en algún local ya empieza a ser un halago, ¿Recuerdas cuando temblabas para que no te lo pidieran?
- Ya no tendrás ese grupo tan amplio como en tu adolescencia, te irás alejando de ciertas personas, ahora tendrás menos amigos, pero serán los mejores.
- Empiezas a valorar el tiempo en familia. Las largas comidas en casa de tus papás o abuelos y esas charlas interminables con tu familia.
- Lo peor, o quizás lo mejor, te darás cuenta de que tus padres llevaban razón en muchas cosas de las que te fueron diciendo.