La piel es tan importante para nosotros que nunca nos cansamos de aprender cosas nuevas sobre ella. No hay cosa que recomendemos cuidar más en nuestro día a día que la piel. Ya sea con métodos naturales, con cremas testadas por profesionales o por medio de la nutrición, la piel se puede mejorar y arreglar de muchas maneras distintas. Y lo más curioso es que todavía hay una gran cantidad de misterios que podemos descubrir sobre la piel. ¿Queréis conocerlos con nosotros?
Piel, esa gran desconocida
No se suele considerar como un órgano, pero tenemos que deciros que la piel es, indiscutiblemente, un órgano de nuestro cuerpo. Y lo cierto es que se trata del órgano de mayor tamaño del que disponemos. Un adulto medio tiene unos 2 metros de piel que llegan a pesar casi 4 kilos. Está por delante del hígado, que ocupa la segunda posición en cuanto al órgano más grande del sistema. Por lo tanto, podemos concluir en que tenemos una gran cantidad de piel, tanta que se debe prestar mucha atención a ella para que siempre se encuentre en el mejor estado posible.
Al contrario de lo que se pueda creer, la piel no está formada por una simple capa en la que ocurre todo. Esto no es así por mucho que lo hayamos pensado en alguna ocasión. No tenemos una capa que se atraviese y que por ello tengamos que preocuparnos. Si esa capa sufre un daño, tenemos más capas que nos cubren en este tipo de situación. En realidad contamos con un total de tres capas distintas. La capa más exterior es la epidermis, la del medio es la dermis y la más interna recibe el nombre de hipodermis. De las tres capas que tenemos la del exterior, la epidermis, no es la más gruesa de todas. Ese es el motivo por el cual un golpe nos puede producir una herida o por lo cual se va deteriorando más con el paso de los años. La capa más gruesa es la dermis, que ocupa un 90% de toda la protección que se produce en el cuerpo.
Sobre el funcionamiento de la piel y de los distintos procesos que afronta se puede decir mucho. Aunque hablemos de las características que desconocemos es difícil que lo lleguemos a descubrir todo solo en unas líneas. Por ejemplo, ¿sabíais que perdemos hasta 40 mil células de la piel durante cada minuto? ¡Parece totalmente alucinante! Pero es lo normal que ocurre en cualquier organismo y no nos tenemos de qué preocupar en este sentido.
El acné y otras cosas a tener en cuenta
La piel tiene muchos enemigos externos e internos que pueden afectar a su buen cuidado. Por eso recomendamos esforzarnos tanto por mantenerla sana con todos los cuidados que podamos utilizar. En la actualidad el acné es algo que afecta no solo a jóvenes en su adolescencia como es el tópico, sino también a los adultos. Solo en Estados Unidos hay unos 50 millones de personas que sufren acné, siendo como es natural con estos datos el principal problema de piel que se extiende entre las personas. No hay que dejar pasar el acné cuando lo comencemos a sufrir, porque cuanto más tiempo lo dejemos libre más posibilidades habrá de que tardemos en librarnos de él. El acné está tan extendido que incluso afecta a los bebés, a los que les afectan algunas de las hormonas con las que han tenido interacción en el cuerpo de la madre.
Otra cosa que no sabíamos y que hemos descubierto es que la aparición de arrugas en la piel se debe a muchas más cosas que a las que solemos imaginar. ¿Pensaríais que la manera en la que dormimos puede afectar en este sentido? Pues lo hace. Lo que no debemos hacer si no queremos tener más riesgo de tener arrugas es dormir de lado con la almohada apretando uno de los lados de nuestra cara. Lo que hay que hacer es dormir boca arriba para que no se produzca este contacto inadecuado. A veces es bastante difícil dormir de esta manera si no tenemos costumbre, pero deberíais comenzar a hacerlo si tenéis intención de mantener el rostro tan liso como sea posible.
La piel requiere constancia, dedicación y que siempre estemos alerta a todo lo que nos pueda afectar. Si bien cuando somos jóvenes nos preocupamos poco de su estado, a medida que pasen los años iremos viendo que tenemos que cuidarla si no queremos acabar con un rostro cansado, arrugado e incluso más viejo de lo que corresponde a nuestra edad. Si a veces os habéis preguntado cómo puede ser que algunas personas parezcan tener 20 o 30 años menos, es simplemente porque se han tomado la molestia de conocer la piel y de cuidarla con todos los métodos posibles. En nuestro caso os recomendamos que os lo toméis muy en serio y que nunca dejéis de cuidar vuestra piel.