Las velas juegan un gran papel en la decoración y diseño de tu hogar y sus olores lo harán aun mas confortable.
Los mejores aromas de velas
Existen multitud de velas aromáticas, desde los mas tradicionales como los olores cítricos o dulces como el chocolate, hasta los que te evocan a un prado en primavera o al olor de un libro.
Los efectos en nuestro estado de animo por los olores que nos rodean son mas que evidentes. Conoce los aromas de las velas que pueden ayudarte en época de mucho estrés o de estudios como el aroma a lavanda o jazmín, o si tienes problemas de sueño una vela perfumada de vainilla te vendrá bien para relajarte y dormir de forma natural.
Distintos tipos de cera de las velas aromáticas:
Cera de Parafina
Es el tipo de cera mas usado debido a su bajo costo y su disponibilidad es prácticamente mundial. Es inodora y su color es blanco semi-transparente.
Cera de abejas
La cera de abejas se asemeja a la miel en su color y olor.
Para hacer velas con cera de abejas es necesario someterla anteriormente a un breve proceso de filtrado y purificado.
Otro modo seria hacer velas artesanales en casa.
Que contiene las velas aromáticas
Las velas aromáticas contienen en su composición gotas de perfumes o aceites esenciales para dotar de personalidad al entorno que nos rodea.
Se consideran una obra de arte, porque producen una sensación de bienestar y sus aromas activan recuerdos.
Origen de las Velas Aromáticas
Es un hecho que los aromas de las velas han cautivado al ser humano desde tiempos inmemoriales, cuando los egipcios comenzaron a desarrollar antorchas y candelas fundiendo grasa.
No obstante, las primeras descripciones provienen de documentos romanos, quienes introdujeron las primeras mejoras.
Además, las velas perfumadas recuerdan a la etapa medieval, en la que se prendían como signo de alegría y respeto hacia eminencias de la época.
Durante mucho tiempo, las candelas han tenido otros usos, por ejemplo sirvieron a soldados como objetos comestibles cuando hubo escasez de alimentos en las guerras.
En cambio, los ricos necesitaban empleados sólo para despabilar las velas porque ardían mal y se consumían rápidamente. En las tabernas y teatros, la persona que se encargaba de mantener las candelas encendidas recibía un aplauso al final de los espectáculos. A veces eran velas con aroma de chocolate.
Más tarde, en Francia empezaron a utilizar velas aromáticas de miel, puesto que las fabricaban a partir de cera de abeja, mientras que en Asia aún utilizaban grasa animal, con mal olor.
En las subastas hacían una marca en la cera, de manera que la gente sólo podía pujar hasta que era alcanzada por la llama.
Las velas de cera se adoptaron tarde en la iluminación casera.
Composición y Materiales de las Velas Aromáticas
Las primeras antorchas y candelas eran de grasa animal, de baja duración, y emitían un humo negro que desprendía mal olor.
Después comenzó a adoptarse el uso de cera de abeja, por prender más tiempo con una mejor llama. Tenía un aroma más agradable que las velas animales, pero eran más caras y hasta el siglo XIX sólo los altos estamentos podían permitírselas.
Durante el siglo XVIII, en la época en que la caza de ballenas se puso de moda, se utilizó esperma de estos mamíferos para fabricar velas puesto que su aroma no era desagradable.
A partir del siglo XIX, acompañado de grandes hitos científicos, el descubrimiento de la parafina hizo de este material su principal compuesto en las velas junto con el ácido esteárico, por su duración, y además no producen malos aromas.
Significado Religioso de las Velas Perfumadas
Por la magia que hacen sentir, las velas siempre han tenido un motivo para utilizarse durante rituales religiosos y comunicaciones con dioses. La llama se ha considerado como el espíritu, y su forma de prender como una predicción del bien o el mal.
Los paganos ya usaban antorchas para sus sacrificios. En el bautismo de Clodoveo y en la celebración del misterio de Ceres los cirios y las velas aromáticas formaban parte de los componentes principales.
Existen diversas leyendas sobre adopción de las velas en el cristianismo. Algunos afirman que se adoptaron por medio de los judíos, o que eran imitación de los paganos. Parece que la razón más aceptada es que existía una necesidad de iluminación aromática mediante antorchas y cirios para poder llevar a cabo sus primeras ceremonias y rituales secretos en cuevas oscuras y aisladas.
Hoy en día, se utilizan tanto en misas, como en el Adviento, Navidad y Semana Santa.
Durante las 4 semanas del Adviento, se enciende una vela cada semana hasta la llegada de la Navidad.
Las velas también tienen propósitos no religiosos, como en veladas románticas, san Valentín, de adorno o iluminación en caso de no disponer de electricidad.