Susan, es la novia canadiense que se desahogó en el facebook tras tener que suspender su boda. El texto que escribió se ha vuelto viral.
Susan comienza anunciando “con gran tristeza” que tuvo que cancelar la boda cuatro días antes de que se celebrara y que su novio y ella han roto “debido a algunos problemas recientes e irreparables”.
Después de esto anunció que iba del facebook por que le han causado “paranoia y toxicidad”, iba a marcharse dos meses por Sudamérica en plan mochilera y no quería que nadie contactara con ella durante ese tiempo.
Ella relata que se conocieron cuando tenía 14 años y que le pidió matrimonio a los 18 con un anillo de unos 5.000 dólares.
A los 20 nació su primer hijo y todo lo que hacían era, trabajar y ahorrar para su futura boda.
“Conseguimos guardar casi 15.000 dólares [casi 13.000 euros] para la boda. Como nuestro amor era como de cuento de hadas, queríamos una boda extravagante por todo lo alto”.
Este dinero no era suficiente para la boda de sus sueños que costaba 60.000 dólares, por lo que pidieron ayuda a su familia y amigos.
Comenta en su red social: “Pedí ESPECÍFICAMENTE que nos regalaran dinero”, recalca. “Habíamos sacrificado mucho y sólo pedíamos a cada invitado unos 1.500 dólares [casi 1.300 euros]. Hablamos con algunas personas que nos prometieron incluso más para hacer nuestro sueño realidad”. La dama de honor iba a contribuir con 5.000 dólares y la familia de su ex, con 3.000, por lo que en su opinión la petición de 1.500 dólares a cada invitado “no era nada jodidamente fuera de lo común”.
Se lo dejamos claro a los invitados, si no podías contribuir , no estabas invitado.
Esto le jugo en contra, sólo 8 personas confirmaron su asistencia y les enviaron el dinero, entre ellas no estaba ni la dama de honor, ni la familia de su ex.
“A la desesperada, volvimos a enviar las invitaciones y pedimos a la gente que diera lo que pudiera. En serio, gente, ¿qué son 1.000 dólares? ¿Qué son 1.500 dólares? Claramente, no mucho”, se pregunta.
Su chico quiso cambiar de planes y casarse en Las Vegas, pero a Susan no le gusto, “Me reí en su cara, pero él iba en serio. Quería una de esas bodas baratas, andrajosas, inmundas […] ¿Qué soy, una alcohólica, una fulana?”.
“Mi ex se fue y no se disculpó por su horrible sugerencia. Llamé a mi dama de honor y lloré a mares. En lugar de ser empática, me dijo que estaba pidiendo demasiado y que debería ajustarme a mi presupuesto. […] Sólo quería ser una Kardashian por un día y después vivir mi vida normal”.