No es la primera vez que hablamos de comida para embarazadas y os podemos decir que tampoco será la última. Lo que más nos preocupa cuando hablamos de ello es tener la capacidad para informaros de aquellas cosas que debéis evitar por todos los medios posibles. Porque desgraciadamente hay demasiados alimentos que deberíamos evitar comer estando embarazadas por nuestro bien y por el de nuestro bebé.
Comida para embarazadas, consejos
Cuando estamos en el proceso de embarazo hay comida que nos apetece y que no podemos evitar querer comer. Nos ocurre de forma habitual, por ejemplo, con los huevos. Pero el problema es que no deberíamos comer huevo así como así. Los especialistas recomiendan evitar cualquier tipo de huevo salvo que haya sido cocinado de forma completa. Esto significa evitar los huevos que están poco cocidos o los crudos. Si queréis huevo lo mejor es que lo paséis bien por la sartén y que os lo hagáis en una deliciosa tortilla. Tenemos que tener cierto cuidado con el huevo y con los alimentos que lo utilizan en su preparación, dado que la salmonella siempre puede llamar a nuestra puerta si nos descuidamos.
Alimentos sin pasteurizar
Una de las grandes alertas que deben tener las embarazadas se refiere a los alimentos que no han sido pasteurizados. El motivo es que hay bacterias que pueden llegar a nuestro organismo debido a esto. Si consumimos productos comunes como leche o alimentos preparados con leche, siempre nos tenemos que asegurar de que están preparados utilizando leche pasteurizada. Esto se aplica a cosas como el queso, los helados o el zumo. Al prevenir la ingesta de alimentos sin pasteurizar estaremos evitando problemas como el E.colli, la salmonella o la listeria, bacterias que pueden producirnos graves problemas durante el proceso de embarazo.
Cuidado con las ensaladas
Nadie diría que una ensalada puede ser mala para una embarazada, pero hay expertos en nutrición que recomiendan ser precavidos con ello cuando salimos a comer fuera. Si vamos a un restaurante una ensalada puede no ser la mejor opción, dado que no tenemos ciencia cierta de que sus verduras y frutas son de calidad, o que han sido lavadas de manera adecuada. Tampoco nos podemos fiar si nos ponen carne o huevos, dado que estaríamos arriesgándonos a algunas de las bacterias que hemos mencionado antes. Si tenéis ganas de una ensalada, lo mejor es prepararla en casa de una manera muy higiénica y utilizando productos que sepamos que son de la mejor calidad. Así que no os preocupéis, porque podéis comer ensalada, pero con cuidado.
Huye de las latas
La comida enlatada sería buena si viviéramos un apocalipsis y el mundo llegara a su fin, porque aguanta mucho tiempo y sigue teniendo un buen sabor. Pero viviendo en una sociedad como la nuestra no es necesario que recurramos a ellas. Y mucho menos estando embarazadas. La comida de embarazada siempre debe ser lo más fresca que podamos y la comida enlatada es lo totalmente opuesto, dado que puede llevar metida dentro meses o incluso años. El problema más allá de los conservantes es que en estas latas pueden residir algunas bacterias que infecten nuestro organismo y nos produzcan efectos secundarios.
Comida callejera
A todos nos gusta la comida callejera, esa que disfrutamos en puestos mientras se celebra algún evento y que nos permite comer rápidamente sin detenernos. Pero estando embarazadas tenemos que tener cuidado. Un perrito caliente, un bocadillo o un trozo de chorizo picante nos pueden afectar al estómago. Hay varios problemas de la comida callejera. Primero, no suele ser muy higiénico y estando embarazadas queremos higiene al 100%. Segundo, es frecuente que sean comidas muy picantes o pesadas, lo que tampoco acabará de ser bueno para la digestión. ¿De verdad le queremos enviar a nuestro bebé los nutrientes de un kebab grasiento y chorreante de salsa?
Las sobras
En nuestra sociedad actual nos hemos acostumbrado a aprovechar las sobras. Es algo que nos diferencia del tipo de vida que había varias décadas atrás, donde la economía permitía tirar a la basura grandes cantidades de comida. Hoy día es frecuente que nos sobre comida de cada menú y que la guardemos para una ocasión posterior. Nos ocurre cuando cocinamos, pero también en aquellos días en los que pedimos comida a domicilio. Eso sí, las embarazadas deben evitar comer las sobras de una comida previa.
Por mucho que hayamos pensado que guardando esta comida sobrante en la nevera estará a salvo y no se pondrá mal, hay que entender que es un tipo de producto que atrae a las bacterias. Y lo último que queremos es meternos bacterias en el cuerpo. No decimos que otra persona no pueda tomarla siguiendo los consejos habituales de conservación, pero las mujeres que estén en estado tienen que negarse de forma absoluta. Esto evitará que tenga problemas con la comida para embarazadas.