La tos, los estornudos y la fiebre son síntomas que nos suelen recordar al invierno, que es la época en la que enfermedades como la gripe o los resfriados son más frecuentes, ya que el frío reduce las defensas del organismo y permite que los virus causantes se propaguen con mayor facilidad.
Sin embargo, en verano tampoco debemos descuidarnos de estas enfermedades, ya que los cambios bruscos de temperatura, el exceso de aire acondicionado o la visita a piscinas públicas pueden provocar su desarrollo. Así que si no quieres amargarte parte de tus planes veraniegos o de tus vacaciones, échale un vistazo a los consejos que vamos a darte a continuación para que prevengas los resfriados en verano.
Síntomas
En general, el período de incubación de un resfriado es de 48 a 72 horas y sus principales síntomas son estornudos, congestión nasal, picor y secreción nasal, escozor de garganta, voz ronca, tos y carraspeo, lagrimeo ocular, dolor de cabeza y fiebre. Los resfriados también pueden venir acompañados de sinusitis, otitis con derrame, laringitis o bronquitis.
Cómo prevenir
Aunque desgraciadamente no existe una vacuna contra los 200 tipos de virus que causan resfriados, sí se pueden poner en práctica una serie de pautas para evitarlos en la medida de lo posible, Así, el aire acondicionado debe mantenerse a una temperatura de entre 22 y 24ºC, la humedad del ambiente debería ser superior al 30%, se deben evitar los cambios bruscos de temperatura, lavarse las manos con frecuencia, evitar ambientes poco ventilados o factores irritantes químicos y airear las habitaciones donde haya personas acatarradas.
Por otro lado, es aconsejable que te cubras la garganta y la boca en ambientes fríos, especialmente cuando a tiende a refrescar por la noche, aumentar el consumo de líquidos, llevar una dieta equilibrada, procurar no tomar alimentos ni bebidas ni muy frías ni calientes, no forzar la voz y, por supuesto, no fumar. Además, es importante cubrirse la boca al estornudar o toser para no contagiar a otras personas.