Los pies son los eternos olvidados en nuestro ritual de cuidado diario. Nunca nos acordamos de ellos hasta que se llega por fin el verano y descubrimos el estado en el que se encuentran. Es entonces cuando nos da vergüenza lucirlos con calzado abierto. ¿Te suena?
Pues no te avergüences más de ellos y prepárate para cuidar de tus pies como se merecen, no solo por una cuestión de belleza, sino también por salud y bienestar.
Consejos para tener unos pies sanos
Toma nota de nuestros consejos de hoy, que están al alcance de cualquier persona.
Limpios y secos
Como es lógico, el primer paso para unos pies sanos y cuidados es la limpieza. Pero además de limpiar tus pies con un jabón neutro que no resulte muy agresivo, acuérdate también de secarte bien con una toalla, y sobre todo entre los dedos, para evitar infecciones y heridas. Y para terminar tu ritual de cuidado utiliza una crema hidratante que te ayude a nutrir la piel. Por supuesto, no olvides tampoco cortarte las uñas regularmente, ni demasiado cortas ni tampoco muy largas.
Tratamientos adecuados
Pero además, los expertos en belleza nos recomiendan exfoliar nuestros pies cada cierto tiempo para eliminar los restos de suciedad y células muertas. Y si tienes problemas de sudoración o de pies cansados, puedes probar con productos especiales que encontrarás a la venta en farmacias y en cualquier firma especializada en dermatología.
El calzado es importante
Aunque no te lo creas, otro aspecto que también influye en la salud de nuestros pies son los calcetines y los zapatos que utilizamos. En este sentido, te recomiendo equipar tu armario con calcetines de fibras naturales como algodón o lana, y que no te aprieten. Te en cuenta que estos accesorios tendremos que llevarlos durante muchas horas al día, así que debemos sentirnos cómodos con ellos. Y en cuanto al calzado, procura que además sea transpirable, ancho, cómodo y que no te roce.
Cuando visitar al médico
Otro aspecto que debes vigilar son todos esos hábitos poco saludables para tus pies. ¿Por ejemplo? Olvídate de andar descalzo por la piscina, examina tus pies en busca de callosidades, heridas, durezas o grietas.
¿Te molestan tus pies o tienes alguna herida? Pues no esperes a que empeore y visita a un podólogo. Te recetará plantillas o cremas para terminar con tu problema y recuperar la salud de tus pies.
Pero además de limpiar, hidratar, inspeccionar nuestros pies y apostar por los complementos adecuados, no te olvides tampoco de airearlos. Deja que tus pies transpiren.