Absurdo. Así es el mito del corte de digestión. Nuestras madres nos han repetido a lo largo de las épocas eso de “tienes que esperar 2 horas antes de bañarte”. ¡Cuánto tiempo hemos perdido debido a esa tontería! Recordamos días de niño cuando teníamos que quedarnos tumbados en la toalla viendo la vida pasar después de comer. Era el periodo más aburrido de todo el día en la piscina o la playa. No podíamos hacer nada, y todo porque se supone que estábamos haciendo la digestión y que si nos bañábamos mientras tanto sufriríamos un ataque. Ninguna madre se quería arriesgar a que su hijo sufriera un problema como ese, así que se imponía la ley del “niño, que te quedas aquí”. Lo gracioso es que nuestras madres no sabían que la digestión no dura dos horas, sino una media de cuatro. Así que cuando nos íbamos a la piscina corriendo justo cuando el reloj marcaba el paso de dos horas, lo más probable es que todavía estuviéramos haciendo la digestión. ¿Y nos pasó algo? Indudablemente no.
Corte de digestión, menudo mito
No vamos a decir que nuestras madres sean responsables de la supervivencia de muchos de estos mitos, pero en este caso sí que tienen una pizca de culpa. Por suerte las nuevas generaciones ya vienen preparadas para enfrentarse a estos tópicos y desde Internet multitud de especialistas están trabajando para dar a conocer los mejores modos de actuar ante este tipo de situaciones. Hoy día el mito del corte de digestión debe desaparecer y para ello creemos que lo más conveniente es entender porqué no tiene cabida en nuestra sociedad actual (más allá de porque la digestión dura más tiempo tal y como hemos mencionado antes).
Pero sí es verdad que hay personas que han sufrido un shock cuando se han bañado después de comer. ¿Cuál ha sido entonces el motivo? Lo que les ha ocurrido específicamente ha sido un síncope de hidrocución, el cual se produce no por haber comido antes del baño, sino por el contraste de temperatura que se produce en el cuerpo cuando nos bañamos de repente y provocamos un cambio radical en el estado de nuestro cuerpo. Por lo tanto, la realidad es que sí, que un corte de digestión también nos puede ocurrir en casa en otras circunstancias.
Al producirse un cambio de temperatura excesivo en el cuerpo sufrimos un colapso en nuestro sistema cardiocirculatorio que nos lleva a que el organismo se encuentre en una situación muy complicada. La piel está notando ese cambio grave de temperatura y el cuerpo reacciona enviando sangre para que se ocupe de solucionarlo. El problema es que se da una situación en la cual no se mantienen todos los procesos y mientras el cuerpo trabaja para que la piel recupere su temperatura media, en el cerebro se produce un shock por falta de riego. Eso lleva a un desmayo que puede acabar con el fallecimiento de la persona que lo ha sufrido. El motivo de la muerte es el ahogamiento, algo que no puede ocurrir en el entorno doméstico, pero que en la piscina o la playa puede ser fatal si la persona en cuestión no llama la atención de nadie mientras le está ocurriendo el accidente.
El motivo por el cual influye la disposición de la digestión y el estómago es porque después de comer nuestro cuerpo le está proporcionando riego y oxígeno al estómago, por lo que todavía hay menos atención que dedicar al cerebro. Las consecuencias pueden ser muy graves tal y como hemos mencionado, con multitud de fallecimientos registrados debido a esta causa.
Consejos para evitarlo
La principal recomendación es tener precaución y ser conscientes. No pasa nada si nos queremos bañar después de comer mientras hacemos la digestión. No estamos arriesgándonos a nada. Pero tenemos que tener en cuenta ciertas recomendaciones. Lo más importante es saber que no debemos tirarnos a la piscina de golpe, sino entrar poco a poco y con cuidado. Teniendo en cuenta todo lo que hemos dicho antes el objetivo es que nuestro cuerpo se vaya acostumbrando de una forma progresiva al contacto con el agua. Para ello nos mojamos cada una de las partes y así ayudamos a que la piel vaya asimilando la temperatura a la cual la estamos sometiendo. Si notamos que el contraste es muy alto siempre podemos evitar meternos en el agua en ese momento o hacerlo más pausadamente. Por otro lado, es conveniente que en caso de duda nunca lo hagamos en solitario, para que así si sufrimos algún tipo de problema tengamos alguien que pueda mirar por nosotros.
Con todo esto en mente podemos decir que hemos derribado el mito de manera definitiva y que ya no tendréis que decirle nunca más a ningún ser querido aquello sobre el corte de digestión después de comer. Es falso y debe ser un pensamiento que eliminemos de nuestra vida. Con unos cuantos mitos menos seguro que somos mucho más felices.