Cada vez es más común encontrar personas que, hartas de su bajo peso, deciden ponerse manos a la obra para engordar un poco y lograr el cuerpo que desean. Porque sí, aunque resulte un poco increíble, hay personas delgadas que se sienten acomplejadas con su cuerpo y lo único que buscan es ganar kilos. Con este aumento de peso también obtienen curvas o músculos, por lo que se trata de un proceso muy justificado. Hay casos en los que es más fácil entenderlo, como chicos que se quieren poner en forma pero necesitan antes ganar grasa para después transformarla en la parte tonificada de su cuerpo, llegando así a tener musculatura.
A diferencia de lo que todo el mundo cree, engordar de forma sana es más difícil que adelgazar, y más cuando se tiene un metabolismo rápido que quema las calorías consumidas de forma casi instantánea. Por eso es importante que antes de empezar a seguir una dieta para engordar nos hagamos un chequeo para confirmar que el problema que tenemos no proviene de la tiroides. Una vez confirmado que el cuerpo está sano es hora de seguir los consejos que os dejaremos a continuación. Con un par de meses veréis como empiezan a subir esos kilos, la autoestima y también os sentiréis más seguros.
Engordar con la ayuda de un especialista
Una cosa es aumentar de peso de forma sana y equilibrada y otra muy distinta es hacerlo de manera descontrolada. Además, hay que tener cuidado, porque siempre asociamos el hecho de engordar con comer alimentos ricos en azúcares, grasas y comida basura. Si tomáis ese camino lo único que lograréis será coger más kilos de los que deseáis a la vez que subiréis otras cifras de la salud, como los niveles de colesterol o la glucosa en sangre. Así que antes de empezar a comer cualquier cosa y en cantidades industriales tenéis que buscar un nutricionista que os guíe y os acompañe en esta difícil tarea.
¿Por qué un nutricionista y no un dietista? Muy sencillo, un dietista te acompaña durante el proceso y te da un menú semanal o mensual, el cual debes cumplir a rajatabla. Por otra parte, el nutricionista no te da unos menús, pero sí unas pautas para saber cómo, cuándo y con qué alimentarse. Eso hace que para los casos de querer engordar sea más recomendable visitar a un nutricionista el cual os podrá asesorar indicando qué alimentos sanos son los más calóricos, como por ejemplo los frutos secos.
También nos dirá qué patrones alimenticios tenemos que cambiar e incluso podrá daros algún que otro truco o suplemento alimenticio para lograr subir esos kilos que tanto deseáis ganar. Eso sí, no vayáis al primer nutricionista que veáis. Encontrar un buen nutriólogo que se adapte a nuestras necesidades y con el que nos sintamos cómodos puede resultar difícil. Muchas veces nos fiamos del boca a boca y luego, a la hora de la verdad, no nos sentimos cómodos en su consulta. Así que antes de lanzarte a confiar en cualquier nutricionista, busca, pregunta y consulta todos los posibles factores hasta encontrar con el que estés más cómodo, tranquilo y te sientas más confiado. Recuerda que en sus citas hablaréis de temas como la orina, las heces o incluso el periodo si sois mujeres. Temas que para algunos son tan tabú que necesitan tener un trato agradable y cercano con el especialista para poder hablar de ellos sin morirse de vergüenza.
Nada de saltarse comidas
Hay veces que es imposible engordar porque se come poco y de forma incorrecta. Saltarse comidas es muy malo en todos los aspectos, puesto que no se le está dando al cuerpo los nutrientes necesarios y eso puede provocar mareos, desmayos o incluso provocar enfermedades como la anemia por culpa de no tener mucho hierro. Así que fuera excusas de “no tengo hambre” o “no me apetece” o incluso de “Ya he estado picoteando” y transformarlo todo en cinco comidas diarias. Si por falta de tiempo es imposible hacerlas entonces olvidaros del tentempié de media mañana y de la tarde para hacer solamente las tres comidas importantes, pero con más cantidad.
Introduce grasas sanas
¿Cada mañana tomáis un café o leche con cacao? Entonces decid adiós a lo desnatado y tomad la leche entera. ¿Os gusta tomar postre? Entonces introducid un pedazo de queso tras cada comida. Y trucos como estos hay muchos más para ganar peso. La idea es comer alimentos con altos valores calóricos, pero que a su vez sean sanos para el cuerpo. Un claro ejemplo son los frutos secos, en los que un puñado hay muchas calorías a la vez que dispone de nutrientes que ayudan al cuerpo, como por ejemplo las nueces, que son ricas en omega 3.
Además, este momento de la vida también nos anima a ponerle un poco de sabor, así que no lo dudéis y empezad a hacer las comidas con más aceite de lo normal. Si antes consumíais una cucharadita de aceite de oliva al día, ahora consumir 3 o 4. Tampoco debéis olvidar alimentos ricos en grasas, como el aguacate, el cual puede introducirse en cualquier ensalada y comida gracias a su sabor fresco. Con este tipo de grasas sanas podréis engordar con facilidad y de manera saludable.