Cada persona es un mundo, y eso lo demuestra muy bien la forma del cuerpo. Algunas personas tienen una tripa más incipiente, otras sufren papada, mientras que tampoco hay que olvidar quienes tienen unos muslos y caderas grandes. Cada cuerpo tiene una forma distinta y éstas pueden ser muy reveladoras a la hora de analizar la grasa localizada. No es lo mismo la grasa que acumulada en los brazos que la que está reunida en el trasero. Aunque siempre atribuimos al sobrepeso a comer en grandes cantidades, hay veces que esta acumulación de grasa ocurre por otro tipo de razones, y precisamente no alimentarias.
Una vida sedentaria, problemas hormonales o incluso prediabetes pueden ser algunas de las muchas razones para tener unos cuantos kilos de más. No todo consiste en comer demasiado y eso es algo que deberíamos tener en cuenta para no sufrir ningún tipo de problema alimentario. Por eso lo que vamos a hacer a continuación es hablar de cómo eliminar la grasa localizada. Hablaremos de distintas zonas del cuerpo y os daremos algunos consejos que os vendrán muy bien para ponerle remedio. Si nos acompañáis en este viaje os aseguramos que quedaréis muy satisfechos. ¡Adelante!
Grasa localizada en las piernas
Esta acumulación de grasa también es conocida como obesidad circulatoria, ya que influye mucho en la circulación de las piernas y puede provocar hinchazón, sensación de hormigueo y pesadez. El motivo es que la grasa dificulta la circulación de la sangre. Este tipo de obesidad es genética y suele aparecer tras un embarazo o si tenemos tendencia a los pies hinchados.
Para remediar este tipo de obesidad hay que hacer ejercicios donde trabajemos principalmente las piernas, como por ejemplo largos paseos, running o spinning. En estos casos es importante tener una buena hidratación y no olvidar consumir 2 litros de agua a diario. También tenemos que introducir alimentos ricos en agua en nuestra dieta, como por ejemplo kiwi, sandía, tomate o lechuga.
Grasa en los glúteos
Este problema suele estar más presentes en mujeres que en hombres debido a que la acumulación de grasa en el trasero tiene como origen problemas hormonales, ya sea por un fuerte desequilibrio de las hormonas o por la menopausia. Tener el trasero grande no afecta a la salud, pero sí a la autoestima de muchas de las mujeres que tienen casi toda la grasa focalizada en esa zona.
Si queremos reducir glúteos lo primero que hay que hacer es eliminar los malos hábitos como el alcohol, el tabaquismo y una vida sedentaria. Pensad que si pasáis muchas horas sentados no estaréis fortaleciendo los músculos del trasero y eso hará que sea inevitable que tenga una acumulación de grasa. A contraposición de lo que muchas personas imaginan, el mejor deporte para reducir el trasero son ejercicios de tonificación. Rutinas como las sentadillas o zancadas hacen que resulte más fácil que el músculo se tonifique y se reduzca con más facilidad.
Acumulación de grasa en el abdomen
Este tipo de obesidad puede ocurrir por varios factores. Podemos diferenciar el origen de la grasa del vientre gracias a su hinchazón. Cuando la tripa baja desde debajo del pecho hasta las caderas y se muestra dura e inflada esta obesidad es por culpa del alcohol. Si sigue el mismo patrón pero es blanda al tocarla es señal de que tenemos una vida con muy poca actividad física. Y por último, si la grasa se concentra solo en el abdomen es por culpa de la ansiedad.
Las tres obesidades de esta índole tienen un factor en común: el aburrimiento o ansiedad que nos lleva a picotear sin parar o a consumir bebidos alcohólicas. Con tan solo hacer pequeños cambios en vuestro día a día, como por ejemplo reducir el consumo de alcohol o hacer deporte moderado, podéis ver cómo la tripa se reduce y mejoráis en todos los aspectos.
Sobrepeso generalizado
Cuando la obesidad se muestra de forma proporcional en todo el cuerpo es un problema conocido como obesidad alimentaria, porque en este caso sí que se abusa de comer mucho más de lo que el cuerpo necesita o de consumir azúcar en exceso. La grasa se localiza en todas las zonas sensibles del cuerpo, desde las piernas hasta el trasero, la papada o los brazos. Esto puede derivar en problemas cardíacos por culpa de tener niveles altos de colesterol o exceso de grasa en la sangre.
Para solucionar este tipo de obesidad simplemente hay que cambiar la alimentación y comer de forma sana y equilibrada. Un truco para sentirnos saciados es beber dos vasos de agua antes de cada comida. Esta alimentación sana hay que acompañarla de 30 minutos de deporte, como paseos largos, running, natación o incluso deportes de tonificación. Pero siempre teniendo en cuenta que hay que empezar por algo suave hasta que ganemos capacidad muscular y pulmonar para hacer frente a ejercicios más fuertes, como por ejemplo de cardio. Así podréis poner remedio a la grasa localizada y poneros en forma en cuestión de muy poco tiempo, algo que recomendamos para que os encontréis mucho más felices en todos los sentidos.