El músculo piriforme o piramidal está ubicado en la parte inferior de los glúteos, es un músculo bastante profundo que se incrusta en el hueso sacro, por encima del fémur. La función es la rotación externa, aunque cuando se flexiona la cadera actúa como un abductor del fémur. El musculo piramidal está expuesto a lesiones en la columna lumbar y el sacro, debido a que una mala postura o una alteración en estos huesos, puede afectar al funcionamiento, ocasionando patologías como el síndrome piriforme o síndrome del piramidal.
El síndrome piriforme se trata de una contractura o sobrecarga en este músculo, en el área de la cadera (comúnmente en un solo lado), sin embargo, puede afectar ambos lados. Cuando este músculo se inflama, oprime el nervio ciático generando una irritación en el mismo, ya que en la mayoría de las personas este nervio está dentro de las fibras del músculo piramidal que se encuentra en los glúteos, por lo tanto cuando el músculo se engrosa reduce el espacio que el nervio necesita, provocando que el dolor se acentúe hacia la pierna.
El espasmo del músculo piriforme en ocasiones disminuye tanto el espacio del nervio ciático que se pueden presentar molestias como debilidad en las piernas y perdida de sensibilidad de las mismas. El síndrome del piramidal es conocido también como “falso ciático” o “ciatalgia” ya que por la compresión los síntomas son característicos de las lesiones en el nervio. Cabe destacar que este síndrome afecta principalmente a mujeres, muy pocas veces a los hombres, se podría decir que por cada seis mujeres que padezcan este síndrome solo un hombre lo posee.
Causas del síndrome del piramidal o síndrome piriforme
El síndrome de piriforme es causado frecuentemente por contracturas o acortamientos en el músculo piramidal pero existen otras causas que lo provocan. Este síndrome es asociado a los deportes de carrera, cambio de dirección o levantamiento de peso. Aunque afecta en gran medida a deportistas, cualquier persona podría padecer el síndrome del piramidal, incluso personas que llevan un estilo de vida sedentario, debido a las diversas causas. A continuación nombraremos las causas de mayor relevancia:
- Errores deportivos:
No descansar el tiempo debido, secuencia en la realización de los deportes, no calentar correctamente antes de realizar cualquier actividad física y ejercicios en superficies muy duras o desiguales, así como zapatos ajustados o inadecuados. Lo antes mencionado provoca una sobrecarga en el músculo piramidal logrando que este se inflame y no pueda reponerse, provocando un fuerte dolor que ocasiona el síndrome piriforme.
- Escoliosis o disimetría en los miembros inferiores:
El cuerpo intentará buscar un equilibrio, en consecuencia el músculo piramidal estará en tensión.
- Disfunciones sacras:
El piriforme es un músculo vital en la movilidad de las piernas y el control de la pelvis, por lo tanto las disfunciones pélvicas que estén relacionadas con la afectación de la tensión muscular pueden ser causantes de este síndrome.
- Afecciones ginecológicas o urinarias:
A causa de que todas estas estructuras están estrictamente conectadas, esta es una de las principales razones por las que el síndrome del piramidal afecta con mayor frecuencia a las mujeres.
- Caídas sobre los glúteos:
Es posible que el músculo se lesione a causa de caídas fuertes sobre los glúteos. Como mencionamos anteriormente cuando el músculo piramidal se hincha, comprime el espacio del nervio ciático trayendo como consecuencia la presencia del síndrome piriforme.
- Cirugías abdominales o en la cadera
En caso de cirugías el musculo piramidal podría contraerse de forma poco común por inercia para lograr mantener el equilibrio en el cuerpo.
Otras causas pueden ser:
- Sentarse durante largos periodos
- Subir escaleras constantemente
- Levantar objetos de peso
- Accidentes vehiculares
Síntomas del síndrome piriforme o síndrome del piramidal
Lo más común es que los pacientes indiquen sensibilidad en el área de los glúteos que puede incluir hormigueos y dolor que baja por la espalda hasta los muslos, la pierna y el pie. En ocasiones se puede sentir como si el músculo se estuviese quemando. Los síntomas más comunes del síndrome del piramidal son los siguientes:
- Dolor agudo en los glúteos.
- Dolor desde el glúteo hasta la rodilla.
- Dolor del nervio ciático que desciende desde el muslo hasta el pie.
- Dolor al subir escaleras o superficies inclinadas.
- Molestia al cruzar las piernas.
- Fuerte dolor después de estar sentado por periodos prolongados, teniendo que cambiar de posición para soportar la molestia.
- Reducción de la movilidad en la zona de la cadera.
- Rigidez, debilidad y restricción de los movimientos en general.
Los síntomas del síndrome piriforme incrementan después de estar sentado largos ratos, caminar o correr, y pueden disminuir al acostarse boca arriba. Es importante acudir a un especialista ya que los síntomas muchas veces suelen confundirse con una hernia discal lumbar, estenosis lumbar o hematomas en los músculos.
Diagnóstico del síndrome del piramidal o síndrome piriforme
El diagnóstico del síndrome del piramidal consiste principalmente en un examen físico que debe estar a cargo de un buen especialista. Una forma de saber si lo que presenta el paciente es efectivamente este síndrome es que al estar acostado de forma recta y boca arriba es común que tenga el pie del lado afectado más inclinado hacia afuera debido a la afectación del musculo rotador externo (en este caso el piriforme). También el medico hará una palpación donde según los dolores podrá encontrar la contractura en el glúteo, específicamente donde se comprime el nervio ciático.
Es difícil diagnosticar este síntoma mediante exámenes, ya que estos no reflejan variaciones significativas que indiquen esta lesión muscular, lo imprescindible es descartar otras posibles causas del dolor para poder concluir con que el síndrome piriforme es realmente la causa. Sin embargo, existen diversos exámenes que también pueden servir para diagnosticar el síndrome piriforme mediante el descarte de otras enfermedades o lesiones como una radiografía de la columna lumbar, que es indispensable para descartar otras lesiones como una hernia lumbar o artrosis. Otros exámenes pueden ser la ecografía en la zona del músculo piramidal y la electromiografía.