Quizás el Síndrome de Ulises sea un término que desconoces pero puede estar afectándote como emigrante. Todos sabemos el nivel de estrés que genera el emigrar, verse forzado a salir de su país natal y enfrentarse y adaptarse a un nuevo entorno.
¿Cómo saber cuando el estrés es Crónico?
Para algunas personas estos niveles de estrés son superados en poco tiempo y representa un crecimiento personal importante. Sin embargo, situaciones extremas pueden llevar a una persona a sufrir un cuadro psicológico severo.
Cuando el estrés es crónico y múltiple, los síntomas pueden identificarse de acuerdo a las siguientes vivencias intensas:
- La Soledad. Separación forzada de la familia y los seres queridos.
- Duelo por el Fracaso del proyecto migratorio.
- Lucha por la supervivencia. En dos grandes áreas: alimentación y vivienda.
- El miedo. Un duelo por los peligros físicos relacionados con el viaje migratorio. Incluido el miedo a la detención y expulsión del país elegido como destino.
Según el Psiquiatra Joseba Achotegui Loizate, estos 4 puntos conforman y dan lugar al Síndrome del Inmigrante con Estrés Crónico y Múltiple. A este cuadro psicológico se le denomina Síndrome de Ulises por la comparación realizada con este héroe griego, Ulises. El cual estando lejos de los seres queridos padeció innumerables adversidades y peligros estando fuera de su país.
Síntomas que indican que sufres el Síndrome de Ulises
Estos son algunos de los síntomas más frecuentes a los cuales debes prestarle mucha atención:
- Depresión: Tristeza, llanto, culpa, desolación.
- Ansiedad: Tensión, nerviosismo, preocupaciones excesivas y recurrentes, irritabilidad, insomnio.
- Somatización: Dolor de cabeza, fatiga.
- Confusión: Sensación de fallos de la memoria, de la atención, sentirse perdido, hallarse desorientado.
Hay que resaltar que el Síndrome de Ulises no es una depresión standard. La sintomatología depresiva presente en el cuadro es básicamente la tristeza y el llanto. No obstante, más que una tristeza es un duelo extremo, un pesar intenso, una fuerte desolación.
Cómo superar el Síndrome de Ulises
Resulta muy complicado indicar una serie de pasos para superar el estrés crónico causado por el viaje y la llegada a un nuevo país.
Bien seas un emigrante mexicano cruzando escondido la frontera; un cubano que cruza el mar en una balsa, arriesgando la vida en el trayecto; un venezolano cruzando a pie la frontera llevando la patria en una maleta; todos están motivados por alcanzar un mejor destino, un futuro prometedor, todo aquello que la patria original le ha negado.
Aunque para todos ellos este viaje resulta extremo y estresante, cada persona aprende a manejar los niveles de estrés de diferentes maneras. Sin embargo, existen personas que aunque la salida del país de origen no resulta tan extrema (por ejemplo viajan en la comodidad de un avión y cuentas con los recursos financieros suficientes), la separación de los seres queridos, la incertidumbre y el nuevo entorno son un detonador que dispara los niveles de estrés a un punto devastador.
1. No eres una roca; canalizar los sentimientos te permite crear una estrategia de vida
Lo que nos hace humanos son los sentimientos. Por lo tanto, aprende a comunicar tus penas y angustias de manera directa. Hay muchas formas de canalizar estas emociones: cuéntales a otras personas qué es lo que te pasa y qué es lo que sientes; escribe un diario; reúnete o crea un grupo social para hablar de tus sentimientos. Lo importante es poder exteriorizar estos sentimientos, por supuesto que esto no resuelve el problema, sin embargo, te permite canalizar la situación y preparar una estrategia para avanzar y salir adelante con tu vida.
2. Conéctate con tu nuevo entorno
Tomar la decisión de salir de tu país corresponde con el inicio del viaje. Ya que todo viaje implica una aventura incierta, lo mejor es adoptar una actitud positiva frente al cambio. Por lo tanto, comienza con adaptarte a tu nuevo entorno. Es normal extrañar todo aquello que quedó en el pasado, con lo que hemos crecido y con la seguridad que esto representa pero, al interactuar con lo nuevo, el cambio se vuelve más flexible.
Un lugar excelente para interactuar con lo nuevo son los grandes mercados de cada ciudad. Es increíble todo lo que vas a encontrar y conocer sobre los alimentos, comidas típicas y costumbres locales. Además de toda la interacción social que esto implica; personas, personajes que llaman la atención, frases frecuentes, bromas, groserías y ofensas que se escuchan, todo está en este micro mundo y refleja el gran entorno.
Al visitar con frecuencia a estos mercados, en poco tiempo te vas a sentir como pez en el agua; te acostumbras a las multitudes; conoces a los vendedores locales y te vas encariñando con la gente.
3. El desapego no es olvido
Cuando estas en otro país, lo mejor es adaptarse rápidamente a las nuevas costumbres y socializar más con personas del país donde te encuentres. Esto no significa olvidar de dónde vienes y tus orígenes, nada de esto, lo importante es entender el ritmo de la ciudad y moverte según las pulsaciones. Si lo piensas bien, esta nueva experiencia social, permite ampliar tu perspectiva de vida, lo cual está sugestionada por los pensamientos preconcebidos antes del viaje.
En el caso de los venezolanos, el primer gran impacto es darse cuenta que nada es igual que en Venezuela. Hay que comenzar con el desapego cultural y guardar la gorra, camisa y chaqueta con la bandera de Venezuela lo más pronto posible; es mejor dejar este simbolismo para alguna ocasión especial y donde lo amerite.
Esto de andar con una etiqueta social que te identifica como alguien de afuera que no conecta con el entorno y que simplemente está de paso; en vez de ayudar, genera más estrés emocional, tensión en el entorno social y alimento de alta calidad para el apego.
Notas finales sobre el Síndrome de Ulises
Quizás aún no te has dado cuenta del nivel de estrés que emigrar ha causado en tu vida. El Síndrome de Ulises no solo puede afectarte a ti, también alguien cercano puede estar pasando por un tormento emocional devastador.
Por lo tanto, evalúate a ti mismo y está atento a cualquiera de los síntomas antes mencionados. Emigrar representa un cambio de estilo de vida al que hay que adaptarse con rapidez. Todo comienza por aceptar el nuevo país tal como es, conectar con el entorno, con las personas de ese país y las costumbres. Esto no significa olvidar de dónde vienes y tus raíces; se trata de un cambio en el estilo de vida y de las nuevas oportunidades que se presentan y que hay que aprovechar.
Recuerda, que toda persona pasa por este duelo personal al emigrar. La cuestión es: ¿Qué tan rápido te vas a recuperar? Y ¿Cuánto tiempo te llevará adaptarte? Esto solo depende de ti.
Finalmente, si eres una persona afectada por el Síndrome de Ulises y lo has superado, por favor, comparte tus comentarios al final de este artículo. Tu experiencia puede servir como inspiración para otras personas que han emigrado. También, puedes compartir este artículo con otras personas y colaborar con el bienestar emocional.
Por mi parte, esto es todo por los momentos y, hasta un próximo artículo.