Cuantos más enemigos eliminas (virtuales, claro), más rápido te mueves y más anticipas qué situaciones extremas pueden ocurrir, más rápido aprende tu cerebro (y más listo te vuelves). Lo ha probado un estudio de la Universidad de Rochester, que ha certificado que los videojuegos de acción tienen un efecto directo en la capacidad de aprendizaje.
Puedes dedicarle este estudio a todas las personas que, en algún momento de tu vida, te han espetado que tantas horas de videojuegos “te iban a dejar atontado”. Y a todos los que te han dicho que “estabas perdiendo el tiempo”. Y a los que te sugirieron que invirtieras todo ese tiempo en estudiar porque “conseguirías algo realmente útil”.
DA IGUAL SI ERES ‘JUGÓN’ O NO
Pues bien, un grupo de profesores de la Universidad de Rochester especializado en ciencia cognitiva ha conducido un estudio en el que han participado tanto jugadores de videojuegos como no jugadores, y que ha demostrado que los primeros, especialmente si se trata de títulos de acción, sobresalen en muchas tareas frente a lo otros. “Un estudio previo al nuestro ya demostró que los juegos de acción mejoran la habilidad de quien les dedica su atención y tiempo. Nuestro proyecto ha dado un paso más y prueba que, además, este tipo de entretenimiento mejora la capacidad de aprendizaje”, explica la profesora de investigación Daphne Bavelier.
“Cuanto más se juega a títulos de acción, y cuanto más rápidos son, más se aprende”, concluye la directora de la investigación. Según explica ella, esto es así porque el cerebro intenta predecir siempre qué será lo siguiente: “Es algo que ocurre constantemente: cuando estamos hablando y escuchando en una conversación, cuando estamos conduciendo, cuando estamos escribiendo…
Y para seguir mejorando sus técnicas predictivas, nuestro cerebro construye algo parecido a unas plantillas o formularios basadas en lo que conoce del mundo y que va rellenando con toda la nueva información que procesa”. Y cuanto mejor sea esa plantilla, mejor será la actuación. “Ahora sabemos que jugar a videojuegos de acción promueve a que el cerebro albergue mejores plantillas”, zanja la profesora Bavelier.
MEJOR ‘CALL OF DUTY’ QUE LOS ‘SIMS’
El siguiente paso del grupo de estudio fue determinar si los jugadores de títulos de acción habían sido dotados con esa habilidad de crear mejores plantillas independientemente del videojuego elegido, o si el quid de la cuestión estaba, concretamente, en el género del juego. El equipo liderado por la profesa Bavelier reclutó a nuevos miembros para el grupo, entre los que había individuos con poca experiencia en el mundo de las consolas.
Se les pidió que jugaran 50 horas a lo largo de 9 semanas y se asignaron diferentes géneros a cada subgrupo. El primero jugó a Call of Duty; el segundo, a los Sims. Después se volvió a testar los efectos que habían tenido sobre ambos grupos las 50 horas de juego, y el resultado mostró que los que habían jugado a Call of Duty –un clásico de la acción más pura– habían mejorado notablemente su capacidad de construir esas plantillas que utiliza el cerebro.
El equipo de Bavelier se encuentra actualmente investigando cuáles son las características clave que convierten a los videojuegos de acción en semejante detonante de aprendizaje rápido y efectivo. La base sobre la que están trabajando es que la velocidad endiablada a la que suelen desarrollarse siempre estos títulos es lo que hace que el cerebro del jugador divida y rentabilice su atención al máximo, y lo que le hace anticiparse a lo que pasará en todo momento.
Lo dicho: ¿quién quiere echarse una BUENA partida a Call of Duty* (o inserta aquí el nombre de tu videojuego de acción favorito)?
