Llegaron las calaveras literarias educativas, desplegando un abanico de opciones en todos aquellos procesos, contextos, eventos y situaciones enmarcados en uno de los fenómenos más importantes de la Humanidad: La educación. Nos educamos y aprendemos toda nuestra vida, hasta la muerte. Siempre nos estamos formando; recordemos que la formación es la evolución de la educación en el hombre.
Con calaveritas literarias educativas nos sumergimos en los diferentes contextos formativos, ya que el Sistema Educativo Mexicano está a la vanguardia educativa al tomar en cuenta esta figura que se encuentra en el boom preferencial de la cultura mexicana y darle la figura legal necesaria para ser utilizada de una manera formal y valida. Hoy las calaveras literarias se encuentran presentes en todos los niveles y estratos educativos de la cultura mexicana.
Cuando hablamos de Educación nos referimos a la mejor plataforma donde se conjugan e integran los fenómenos, procesos y vínculos que moldean las sociedades y hacen posible el echar andar la gran rueda del progreso, del avance; dejando atrás otros fenómenos sociales como son la ignorancia, la apatía, la indolencia que se alimentan del miedo, del atraso pero sobre todo de la exclusión.
Es por tantas razones, que las calaveritas educativas nos acercan, nos unen, nos ilustran, pero, sobre todo nos educan, nos enseñan amor de país, amor de hogar, amor de suelo, amor de avance y progreso. Así que ven a calaveras literarias educativas y enciende la chispa de la curiosidad del aprendizaje.
Las mejores calaveras educativas
Juanita la maestra más bonita de la escuela
siempre enseña cosas interesantes a sus estudiantes
es muy alegre y amistosa con todos en la clase
con sus destrezas educativas enseñadas con maestría.
En la clase de anatomía siempre usa una calavera coqueta
donde señala uno a uno esos huesitos blancos pálidos
que se unen en sus extremidades del esqueleto y su forma
colgado de una cuerda que hace temblar esos palitos.
Y es que parece que temblara de frio la coqueta calaverita
Calaveras al oficio de enseñar
cuando la maestra juanita la sujeta fuertemente del cráneo
y su quijada sube y baja como si masticara lentamente una fruta
con esos dientes que dan miedo risa al mismo tiempo.
En el mundo no hay mejor oficio que el enseñar
con dulce dedicación a los niños con ganas de crecer
y formarse en conocimiento y valores de ciudadanía
para edificar al profesional y ciudadano que sabrá ser.
Un hombre que quiera y defienda su gente y su bandera
patriota y solidario con sus con ciudadanos de su país
que se forme en un sistema educativo de excelencia
para que deje un legado por donde caminen los que vendrán.
Calaveras al buen dictado
El maestro Antonio le dicta a los niños un cuento de Pedro Paramo
para que aprendan a afinar el odio y desarrollar la mano
y a mejorar la ortografía y caligrafía tan necesario para educarse
como hombres cultos y libres en una sociedad pujante